Menú

El árbol que lo tiene todo: abundante follaje, flores coloridas y frutos comestibles

El guillomo destaca por su bajo mantenimiento y por su valor ornamental, que puede transformar cualquier jardín en un paraíso de vida y color.

El guillomo destaca por su bajo mantenimiento y por su valor ornamental, que puede transformar cualquier jardín en un paraíso de vida y color.
El árbol Amelanchier lamarckii, más conocido como guillomo | Canva

La jardinería puede parecer un pasatiempo divertido y relajante, pero a veces también puede terminar siendo algo frustrante cuando uno no obtiene los resultados esperados. Cada especie requiere de unos cuidados específicos y, a los novatos en jardinería, al principio, les puede resultar difícil adaptar estos cambios para cada planta del jardín. Sin embargo, existe un tipo de árbol que ofrece una gran belleza y que apenas necesita mantenimiento.

El guillomo

En muchos jardines europeos empieza a ganar protagonismo un árbol discreto pero encantador: el guillomo, también conocido como Amelanchier lamarckii. Este arbusto o arbolito de hoja caduca deslumbra a lo largo del año con su espectáculo natural. En primavera se llena de delicadas flores blancas, que anuncian la llegada del buen tiempo. Luego, ofrece frutos comestibles parecidos a los arándanos. Por último, en otoño, su follaje se transforma en un estallido de colores rojizos y anaranjados, haciendo que el jardín nunca pierda vida ni interés visual.

Pero más allá de su belleza, el guillomo se ha ganado su lugar por su resistencia y facilidad de cultivo. Se adapta sin problemas a distintos tipos de suelo y climas, y requiere pocos cuidados, lo que lo convierte en una opción ideal para quienes quieren un jardín vibrante sin demasiadas complicaciones. Además, su presencia favorece la biodiversidad, ya que actúa como un imán ante los polinizadores y las aves locales. Sin duda, una joya vegetal que cada vez más jardineros quieren tener cerca.

Ocho trucos para cuidar el guillomo

  • Plantación: en otoño o a inicios de primavera son las mejores épocas para que sus raíces se establezcan bien antes del calor intenso o del frío severo.

  • Preparación del terreno: los expertos recomiendan añadir compost o materia orgánica al hoyo de plantación para asegurar un sustrato fértil y con buen drenaje.

  • Riego: durante los primeros años, sobre todo los dos primeros, se debe regar de forma abundante y regular en épocas secas, pero sin encharcar. Con el paso del tiempo, el árbol se vuelve más resistente a la sequía.

  • Poda: este árbol tiene un porte natural muy armónico, y por ello, no necesita ser podado muy a menudo. Solo se deben eliminar las ramas secas, dañadas o que se crucen. Lo ideal es hacerlo justo después de la floración y únicamente si es necesario.

  • Acolchados alrededor de su base: se recomienda colocar corteza de pino, hojas secas o compost para conservar la humedad, evitar malas hierbas y proteger las raíces del calor o del frío.

  • Ubicación: si se planta en una zona con luz solar directa puede generar que en primavera salgan más flores y que su color otoñal se torne más intenso, aunque puede crecer sin problemas en lugares parcialmente sombreados.

  • Protección de los frutos: las aves aman sus bayas, así que en caso de querer cosechar los frutos para comerlos o utilizarlos en la cocina, se debe colocar una red protectora cuando estas empiecen a madurar.

  • Evitar fertilizantes químicos fuertes: un abono orgánico suave en primavera —compost o humus— es suficiente, ya que un exceso de nitrógeno puede reducir la floración.

En Sociedad

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal