
Uno de los elementos principales para que, tanto las plantas del jardín como las macetas del interior de una casa, crezcan de forma natural y fuerte es crear un buen fertilizante orgánico. De esta manera las diferentes especies adquieren los nutrientes necesarios a través de las raíces, directamente de los componentes que hay en la tierra. Sin embargo, un mal uso del compost puede generar resultados adversos.
El motivo principal suele ser el uso de plantas o restos en mal estado que al mezclarse con el sustrato de la planta sana, provocan enfermedades en ella. Por ello, antes de comenzar la mezcla es imprescindible revisar que los restos no estén infectados por hongos o bacterias que puedan expandirse y terminar afectando a todo el jardín.
Los expertos en botánica explican que el compost que se realiza en casa no suele alcanzar temperaturas lo suficientemente altas como para eliminar los patógenos de las plantas enfermas. Por ello, utilizar restos de otras plantas enfermas o que se han muerto por causas desconocidas para crear fertilizante natural, puede ser un riesgo de infecciones.
La agricultora Amy Enfield, especialista en el cultivo de plantas en huertos y jardines, afirma que la mejor solución cuando hay una planta enferma es quitarla del jardín con cuidado de no expandir los restos. Tras la extracción se aconseja introducir los restos en una bolsa, para después desecharla en la basura, ya que es material no reutilizable.
Cómo hacer compost
Si por error se han utilizado los desechos de una planta enferma para hacer compostaje, se debe actuar de forma rápida para evitar que el problema se propague por todo el jardín. La mejor opción es retirar el compost de inmediato, pero si se tarda días en notar el error, se puede arreglar renovando el compost, pero ¿cómo se fabrica el compost?
Es una tarea sencilla, pero hay que saber qué ingredientes hay que mezclar y cuáles son las medidas correctas. Es importante que exista un equilibrio entre los elementos verdes; que son los restos de cocina y césped y los elementos marrones; que lo forman las hojas secas, el papel y el cartón triturado. Una vez se tienen los componentes vitales que conformarán el fertilizante, se debe remover la mezcla frecuentemente para mejorar la oxigenación. Asimismo, se puede añadir un poco de la tierra que se pretende fertilizar, para aportar nutrientes extra.
Otros riesgos
Las plantas enfermas son la principal causa de un mal compost, pero no son el único problema. Los desechos de cocina altos en grasa pueden atraer a los insectos, generando plagas no deseadas; por lo tanto, es mejor no utilizarlas a la hora de crear compost. Las malas hierbas y las plantas invasoras tampoco se deben usar, ya que pueden esparcir sus semillas a través de la mezcla, estropeando el ecosistema. Igualmente, los excrementos de los animales no son la mejor opción, dado que pueden contener parásitos. Por último, se debe evitar utilizar restos de plantas que han sido tratadas con pesticidas químicos porque pueden debilitar el suelo.