L D (EFE) En un eclipse, la Luna oculta una buena parte del disco solar pero Venus tapará este martes sólo un 0,1 por ciento del Sol, es decir, no habrá prácticamente descenso de su luminosidad (algo menos de 1 por ciento).
Pero es que, además, el fenómeno dura casi 6 horas, es decir, que ni las gafas de eclipse ni las gafas de soldador están preparadas para aguantar una observación tan larga y el final del mismo sucede en los momentos de mayor insolación (al estar el Sol casi culminando sobre el Sur) y de menor atenuación de la radiación ultravioleta.
La recomendación del nodo español del proyecto internacional para el seguimiento del tránsito de Venus (VT-2004), es que no se mire al Sol y que si se hace, aún con protección y a través de instrumentos ópticos, en cuanto se sienta la mínima molestia se deje inmediatamente la observación porque es indicio de que ha aparecido una lesión.
Sin embargo, no hay un acuerdo internacional sobre si las gafas "de eclipse" son suficientemente seguras, y, por ejemplo, la Asociación Británica de Planetarios y la Real Sociedad Astronómica del Reino Unido han dicho públicamente que "nada de usar las gafas que tienen una capa simple de protección mylar (polímero endurecido)" porque la reducción de luz que se consigue no es suficiente para una observación prolongada.
La organización en España de VT-2004 aconseja que la observación se realice, únicamente, mediante la proyección de la imagen del Sol, es decir, se coloca un telescopio o unos binoculares apuntando hacia la estrella, en la mirilla una cartulina para hacer sombra y a medio metro, aproximadamente, otra donde se reflejará lo que capte el instrumento óptico.
Pero es que, además, el fenómeno dura casi 6 horas, es decir, que ni las gafas de eclipse ni las gafas de soldador están preparadas para aguantar una observación tan larga y el final del mismo sucede en los momentos de mayor insolación (al estar el Sol casi culminando sobre el Sur) y de menor atenuación de la radiación ultravioleta.
La recomendación del nodo español del proyecto internacional para el seguimiento del tránsito de Venus (VT-2004), es que no se mire al Sol y que si se hace, aún con protección y a través de instrumentos ópticos, en cuanto se sienta la mínima molestia se deje inmediatamente la observación porque es indicio de que ha aparecido una lesión.
Sin embargo, no hay un acuerdo internacional sobre si las gafas "de eclipse" son suficientemente seguras, y, por ejemplo, la Asociación Británica de Planetarios y la Real Sociedad Astronómica del Reino Unido han dicho públicamente que "nada de usar las gafas que tienen una capa simple de protección mylar (polímero endurecido)" porque la reducción de luz que se consigue no es suficiente para una observación prolongada.
La organización en España de VT-2004 aconseja que la observación se realice, únicamente, mediante la proyección de la imagen del Sol, es decir, se coloca un telescopio o unos binoculares apuntando hacia la estrella, en la mirilla una cartulina para hacer sombra y a medio metro, aproximadamente, otra donde se reflejará lo que capte el instrumento óptico.
