
L D (EFE)
Ante el Foro de la Nueva Economía, Almunia hizo referencia al proceso de regularización puesto en marcha el año pasado en España y criticado por Francia y consideró que, dada la dimensión europea del fenómeno migratorio, esas operaciones "conviene que sean notificadas y discutidas con anterioridad". Según Almunia, esa notificación previa, reclamada por ejemplo por el ministro francés del Interior, Nicolas Sarkozy, "es buena para aumentar la confianza necesaria para que luego los Estados miembros contribuyan, como deben contribuir, a operaciones de control de fronteras o de otro tipo".
El comisario europeo calificó de "razonable" la política migratoria española y señaló que "no veo más diferencia sustancial (respecto a otros países europeos) que la falta de experiencia lógica en España", que no cuenta con tradición como país receptor de inmigrantes y no tiene "una administración" para gestionar ese fenómeno en todas sus dimensiones. Sobre la regularización llevada a cabo en España, se limitó a señalar que ha habido procesos en muchos países y que sumados todos los puestos en marcha en nuestro país desde los años 80, no hay diferencias con la situación de otros Estados mediterráneos como Italia, Portugal o Grecia.
Respecto a las operaciones de control de fronteras, Almunia advirtió de que "tendrán que ser en una parte importante financiadas con recursos adicionales de los Estados miembros" para complementar el presupuesto europeo, ya que no se trata de una competencia comunitaria. El comisario, quien criticó la falta de competencias que tiene en estos momentos la UE para luchar contra la inmigración irregular, recordó que mientras no se eleve la inmigración a la categoría de política común europea, el control de fronteras corresponde a los Estados miembros, por lo que cualquier acuerdo en ese ámbito se basará en un compromiso político.
"No se puede anunciar lo que se va a hacer sin decir cómo se paga y quién paga lo que se va a hacer"; "conviene ser ambicioso y tenaz, pero también realista y no engañar a nadie", insistió Almunia, quien, como ejemplo, consideró que si se apuesta por una misión para patrullar la costa canaria es necesario decir "cómo se encuentra el dinero".
Si Almunia coincidió con Sarkozy en la necesidad de informar de manera previa al resto de los Estados miembros de los procesos de regularización que se vayan a poner en marcha, criticó con dureza otra de las ideas del ministro del Interior francés: la inmigración selectiva. A su juicio, "es un expolio a lo mejor que tienen los países en vías de desarrollo, que es su gente formada y capaz de construir" el futuro que necesitan para salir adelante.
En opinión de Almunia, si a esos países, que son los "máximo paganos" de las estructuras injustas y desiguales de la economía global, "les importamos materia gris, les estamos condenando a la miseria para siempre". El comisario europeo se mostró también en contra de quienes consideran que las reglas de mercado "puras y duras" solucionarán el problema de la inmigración y de quienes opinan que "vivimos en un mundo de fronteras abiertas y que puede venir aquí quien quiera con independencia de las posibilidades de trabajo y de absorción".
El comisario europeo calificó de "razonable" la política migratoria española y señaló que "no veo más diferencia sustancial (respecto a otros países europeos) que la falta de experiencia lógica en España", que no cuenta con tradición como país receptor de inmigrantes y no tiene "una administración" para gestionar ese fenómeno en todas sus dimensiones. Sobre la regularización llevada a cabo en España, se limitó a señalar que ha habido procesos en muchos países y que sumados todos los puestos en marcha en nuestro país desde los años 80, no hay diferencias con la situación de otros Estados mediterráneos como Italia, Portugal o Grecia.
Respecto a las operaciones de control de fronteras, Almunia advirtió de que "tendrán que ser en una parte importante financiadas con recursos adicionales de los Estados miembros" para complementar el presupuesto europeo, ya que no se trata de una competencia comunitaria. El comisario, quien criticó la falta de competencias que tiene en estos momentos la UE para luchar contra la inmigración irregular, recordó que mientras no se eleve la inmigración a la categoría de política común europea, el control de fronteras corresponde a los Estados miembros, por lo que cualquier acuerdo en ese ámbito se basará en un compromiso político.
"No se puede anunciar lo que se va a hacer sin decir cómo se paga y quién paga lo que se va a hacer"; "conviene ser ambicioso y tenaz, pero también realista y no engañar a nadie", insistió Almunia, quien, como ejemplo, consideró que si se apuesta por una misión para patrullar la costa canaria es necesario decir "cómo se encuentra el dinero".
Si Almunia coincidió con Sarkozy en la necesidad de informar de manera previa al resto de los Estados miembros de los procesos de regularización que se vayan a poner en marcha, criticó con dureza otra de las ideas del ministro del Interior francés: la inmigración selectiva. A su juicio, "es un expolio a lo mejor que tienen los países en vías de desarrollo, que es su gente formada y capaz de construir" el futuro que necesitan para salir adelante.
En opinión de Almunia, si a esos países, que son los "máximo paganos" de las estructuras injustas y desiguales de la economía global, "les importamos materia gris, les estamos condenando a la miseria para siempre". El comisario europeo se mostró también en contra de quienes consideran que las reglas de mercado "puras y duras" solucionarán el problema de la inmigración y de quienes opinan que "vivimos en un mundo de fronteras abiertas y que puede venir aquí quien quiera con independencia de las posibilidades de trabajo y de absorción".
