L D (EFE)
El portavoz de la Asociación Española de Agencias de Viaje (AEDAVE), José Ricardo Campuzano, ha descrito así el estándar del español medio en referencia a sus vacaciones: playero, familiar, poco deportista y ajustado al presupuesto. El turista español no parece proclive a la aventura, pero ha comenzado a cambiar algunos hábitos; ha dejado de concentrar sus vacaciones en agosto y diversifica más los destinos, aunque sigue retrasando sus reservas hasta el último momento, según explica Campuzano.
Aunque todavía más de la mitad de los españoles coge sus vacaciones en agosto, asegura que "cada vez se espacian más, ya que muchas empresas han comenzado a facilitar a sus empleados la opción de elegir otro mes, como julio o septiembre". "Cada vez se produce menos el fenómeno de la supersaturación de agosto y así el invierno y el otoño no son ya temporadas de inactividad en los hoteles. De hecho, este año algunas zonas de Cataluña han cubierto un 8 por ciento menos que el año pasado en ese mes, aunque Levante está lleno". (Benidorm está prácticamente al cien por cien), subraya.
Además, y a pesar de que el litoral mediterráneo es el gran foco de atracción del turismo nacional, "se han ido generalizando otros destinos con menos concurrencia: el interior, la costa norte o el turismo rural, que obtuvo el año pasado un incremento del 14 por ciento". Entre los últimos lugares que absorben las preferencias de los viajeros merece una mención especial el turismo cultural. Así, según datos del Instituto de Turismo de España, los españoles realizan unos 3,5 millones de viajes culturales internos al año con un gasto medio de 318 euros por persona, el doble del turista medio. Otras cifras dicen que este año un 80 por ciento de los españoles pasará las vacaciones fuera de casa, pero sólo un 10 por ciento tiene intención de viajar al extranjero.
Sin embargo, una actitud que perdura en el tiempo es la tardanza en realizar las reservas. "El español, por hábito, reserva a última hora y esta práctica se ha agudizado después de la experiencia del pasado año, cuando según iba avanzando el verano se ofertaron paquetes más baratos. Pero por esperar demasiado pueden quedarse sin nada", asegura el portavoz de AEDAVE. No obstante, el fenómeno vuelve a repetirse y el retraso de las reservas ha provocado la aparición de paquetes turísticos a bajos precios.
Aunque todavía más de la mitad de los españoles coge sus vacaciones en agosto, asegura que "cada vez se espacian más, ya que muchas empresas han comenzado a facilitar a sus empleados la opción de elegir otro mes, como julio o septiembre". "Cada vez se produce menos el fenómeno de la supersaturación de agosto y así el invierno y el otoño no son ya temporadas de inactividad en los hoteles. De hecho, este año algunas zonas de Cataluña han cubierto un 8 por ciento menos que el año pasado en ese mes, aunque Levante está lleno". (Benidorm está prácticamente al cien por cien), subraya.
Además, y a pesar de que el litoral mediterráneo es el gran foco de atracción del turismo nacional, "se han ido generalizando otros destinos con menos concurrencia: el interior, la costa norte o el turismo rural, que obtuvo el año pasado un incremento del 14 por ciento". Entre los últimos lugares que absorben las preferencias de los viajeros merece una mención especial el turismo cultural. Así, según datos del Instituto de Turismo de España, los españoles realizan unos 3,5 millones de viajes culturales internos al año con un gasto medio de 318 euros por persona, el doble del turista medio. Otras cifras dicen que este año un 80 por ciento de los españoles pasará las vacaciones fuera de casa, pero sólo un 10 por ciento tiene intención de viajar al extranjero.
Sin embargo, una actitud que perdura en el tiempo es la tardanza en realizar las reservas. "El español, por hábito, reserva a última hora y esta práctica se ha agudizado después de la experiencia del pasado año, cuando según iba avanzando el verano se ofertaron paquetes más baratos. Pero por esperar demasiado pueden quedarse sin nada", asegura el portavoz de AEDAVE. No obstante, el fenómeno vuelve a repetirse y el retraso de las reservas ha provocado la aparición de paquetes turísticos a bajos precios.