Habría habido una forma de acallar y zanjar esta nueva embestida catalana contra los rasgos de identidad española, y era que dado que en el contexto general del país también hay ñoñería antitaurina, convocar un referendum a nivel estatal (habría salido SÍ a los toros) y de esta forma se impedía que a nivel autonómico se pudiese ir por libre debatiendo la prohibición.
Mañana las banderillas no se las pondrán al toro sino a la Nación Española, y como van poquito porque saben que así todo lo van consiguiendo no entrarán a matar sino solo a desangrarnos