L D (Agencias) La Fiscalía pedía inicialmente penas que sumaban nueve años y dos meses de cárcel para el acusado, aunque durante el juicio oral, celebrado este miércoles, llegó a un acuerdo con la defensa por el que aplicó al procesado la atenuante muy cualificada de haber reparado el daño causado, ya que había ingresado en la cuenta del juzgado una importante cantidad para compensar económicamente a los perjudicados.
De esta manera, el Ministerio Público accedió a rebajar la pena y solicitó un mes y medio de prisión por cada uno de los once delitos de extorsión en grado de tentativa que imputaba al acusado que además deberá indemnizar con 3.000 euros a cada una de sus víctimas, informa Efe.
"Para los presos vascos"
Según el escrito de acusación del fiscal, el condenado se dirigía a sus víctimas por teléfono para reclamarles cantidades que oscilaban entre los 24.000 y los 95.000 euros "para los presos vascos", aunque los amenazados "no llegaron a desembolsar las cantidades que les exigía, a pesar del temor" que les infundió el inculpado.
Las extorsiones comenzaron en diciembre de 2002, mes en el que se inició una investigación que culminó en mayo de 2004 con la detención del sospechoso. El escrito de la Fiscalía precisa que el procesado solía hacer una primera llamada en la que se identificaba como miembro de un comando de ETA e intimidaba a su víctima diciéndole que conocía que su situación económica era buena y le daba un plazo para reunir el dinero por su "seguridad" y la de su familia, al tiempo que le advertía de que no acudiera a la Policía.
Al comprobar que los extorsionados no accedían a sus peticiones, el procesado repetía sus llamadas y les amenazaba con frases como: "por no haber hecho caso a las instrucciones eres objetivo prioritario".
En una ocasión incluso llegó a valerse de un atentado real perpetrado contra varios camiones el 12 de octubre de 2003 en Irún para intimidar a uno de los extorsionados diciéndole: "¿A qué estás jugando?. ¿No has visto lo que les ha pasado a tus compañeros de Irún?. En lugar de ir a por los camiones, vamos a ir a por tu familia".
Recababa datos personales
Tras la detención del sospechoso, el departamento vasco de Interior pudo determinar por la forma de actuar del procesado y las características de las llamadas efectuadas desde distintas cabinas públicas que el autor de las extorsiones era una única persona.
La Policía Autónoma averiguó que este individuo hacía un meticuloso estudio previo a la extorsión mediante llamadas telefónicas a las distintas empresas, en las que se hacía pasar por representante de otras firmas con el fin de recabar datos personales y económicos de las personas que iban a ser sus víctimas. Finalmente, las sospechas de la Policía vasca se centraron en un hombre al que sorprendieron "in fraganti" cuando efectuaba una de las llamadas desde una cabina telefónica de Hernani (Guipúzcoa).
Posteriormente, con una orden judicial, la Policía autonómica registró su domicilio, donde se incautó de un ordenador y de material informático.