
Asimismo, quitó importancia a las críticas que el presidente de Senegal, Abdoulaye Wade, ha vertido este viernes sobre España. La vicepresidenta valoró que el control de la inmigración en los países de origen "no es una tarea fácil y requiere tiempo", pero mostró su convencimiento en que la coooperación "va a ser un elemento definitivo" para que la inmigración procedente de este país subsahariano sea controlada y legal.
En el mismo sentido se manifestó el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y explicó que se están llevando pautas de trabajo similares con Senegal, Marruecos y Mauritania. "Cada país tiene su ritmo y en Mauritania se ha ido más deprisa", indicó. Rubalcaba explicó que las líneas del Gobierno en la materia pasan por tres objetivos: que los países de origen controlen sus propias fronteras; devolver a las costas africanas más cercanas a los inmigrantes interceptados y en el caso de que lleguen a Canarias, repatriarlos.
Para ello, España apuesta por el patrullaje conjunto con las autoridades senegalesas, algo que "no ha sido fácil" debido a que Senegal tiene sus protocolos y se trabaja en sus aguas jurisdiccionales.
Respecto a los que llegan a Canarias, España y Senegal trabajarán en su identificación y posterior traslado "en condiciones respetuosas con los derechos humanos".