L D (EFE)
"Si el agua penetra en las grietas, las consecuencias serían gravísimas. Estamos intentando rellenar las fisuras para evitar males mayores", señaló Pan Jiazhong, jefe del grupo de inspección del Comité de Construcción de la presa. Sin embargo, el ingeniero Pan matizó en una rueda de prensa que "las grietas no son muy profundas. La conclusión de nuestro estudio es que no representan una amenaza para la seguridad estructural de la presa".
La presa de las Tres Gargantas, cuya construcción comenzó en 1993, cerró 19 de sus 22 compuertas el pasado uno de junio, con lo que el nivel de las aguas ascendió a los previstos 135 metros en sólo diez días. "Muchas de las grietas se han producido durante el invierno, en parte a causa de la ausencia de medidas de protección. En otros casos hemos detectado fallos en el diseño de la presa", puntualizó Pan.
Al parecer, algunas de las grietas tienen varios metros de longitud y amenazan con cumplir los peores presagios de los ecologistas, que advirtieron de la posibilidad de una catástrofe sin precedentes en caso de que se produzca una rotura en la presa. Este anuncio se produce tres días después de que las autoridades anuncien la reanudación de la navegación fluvial -pesqueros y transbordadores-, interrumpida a mediados de abril por cuestiones de seguridad.
Además, en los últimos días toneladas de detritus y residuos químicos han aparecido también en la superficie del embalse, lo que ha cogido por sorpresa tanto a las autoridades como a la población local.
La presa de las Tres Gargantas, cuya construcción comenzó en 1993, cerró 19 de sus 22 compuertas el pasado uno de junio, con lo que el nivel de las aguas ascendió a los previstos 135 metros en sólo diez días. "Muchas de las grietas se han producido durante el invierno, en parte a causa de la ausencia de medidas de protección. En otros casos hemos detectado fallos en el diseño de la presa", puntualizó Pan.
Al parecer, algunas de las grietas tienen varios metros de longitud y amenazan con cumplir los peores presagios de los ecologistas, que advirtieron de la posibilidad de una catástrofe sin precedentes en caso de que se produzca una rotura en la presa. Este anuncio se produce tres días después de que las autoridades anuncien la reanudación de la navegación fluvial -pesqueros y transbordadores-, interrumpida a mediados de abril por cuestiones de seguridad.
Además, en los últimos días toneladas de detritus y residuos químicos han aparecido también en la superficie del embalse, lo que ha cogido por sorpresa tanto a las autoridades como a la población local.
