L D (EFE)
"Los derechos humanos son únicos y deben aplicarse en todo el mundo", afirmó a la prensa Ebadi, que se encontraba este viernes en París cuando supo que le habían concedido el premio Nobel de la Paz. Para esta jurista iraní, de 54 años, "el Islám no está en contradicción con los derechos humanos", y consideró que todos los que hacen una buena interpretación de la religión musulmana deben recibir este premio como si fuera suyo. "Todos los musulmanes deben recibirlo bien", indicó Ebadi, que ofreció su conferencia de prensa sin el tradicional pañuelo con el que las iraníes cubren el pelo y que fue la primera jueza de su país en 1976, aunque tras la revolución islámica de 1979 todas las mujeres tuvieron que abandonar la judicatura.
La nueva premio Nobel de la Paz lamentó que mucha gente viole los derechos humanos "en nombre del Islám" y reconoció el "balance muy negativo" en ese campo en muchos países musulmanes. Ebadi hizo un llamamiento para la "liberación lo más pronto posible" de todas las personas que están en prisión por defender la democracia y los derechos humanos en Irán.
No sabe cómo será recibida en Irán
Se mostró prudente sobre la respuesta de las autoridades iraníes a su galardón, y así a la pregunta de si interpretaba la decisión del Comité Nobel noruego como un desafío al régimen de Teherán, indicó que esa pregunta debe ser planteada al Gobierno iraní. Reconoció que no sabe "cómo será recibida" cuando vuelva a su país, algo que hará "próximamente", pero en cualquier caso consideró que "las leyes no son compatibles con los derechos de la mujer" y pidió "al Gobierno de Irán que se respeten los derechos humanos hoy, mañana y siempre".
Preguntada sobre la presión que ejerce Estados Unidos sobre Irán con el argumento de la violación de los derechos humanos, respondió que "ningún país extranjero tiene derecho a imponer las leyes en otro país". "Estamos contra cualquier intervención extranjera en los asuntos iraníes", afirmó Ebadi, aplaudida por estas palabras en una masiva conferencia de prensa en la sede de la Federación Internacional de Ligas de Derechos Humanos (FIDH) en la capital francesa.
Sobre la situación en los territorios palestinos, manifestó su preocupación y habló de "una guerra desigual, la guerra de las piedras contra un ejército muy bien armado". En relación con la crisis de Irak, Ebadi se preguntó "cómo se puede esperar que haya demandas de democracia" cuando no están satisfechas las necesidades básicas.
La nueva premio Nobel de la Paz lamentó que mucha gente viole los derechos humanos "en nombre del Islám" y reconoció el "balance muy negativo" en ese campo en muchos países musulmanes. Ebadi hizo un llamamiento para la "liberación lo más pronto posible" de todas las personas que están en prisión por defender la democracia y los derechos humanos en Irán.
No sabe cómo será recibida en Irán
Se mostró prudente sobre la respuesta de las autoridades iraníes a su galardón, y así a la pregunta de si interpretaba la decisión del Comité Nobel noruego como un desafío al régimen de Teherán, indicó que esa pregunta debe ser planteada al Gobierno iraní. Reconoció que no sabe "cómo será recibida" cuando vuelva a su país, algo que hará "próximamente", pero en cualquier caso consideró que "las leyes no son compatibles con los derechos de la mujer" y pidió "al Gobierno de Irán que se respeten los derechos humanos hoy, mañana y siempre".
Preguntada sobre la presión que ejerce Estados Unidos sobre Irán con el argumento de la violación de los derechos humanos, respondió que "ningún país extranjero tiene derecho a imponer las leyes en otro país". "Estamos contra cualquier intervención extranjera en los asuntos iraníes", afirmó Ebadi, aplaudida por estas palabras en una masiva conferencia de prensa en la sede de la Federación Internacional de Ligas de Derechos Humanos (FIDH) en la capital francesa.
Sobre la situación en los territorios palestinos, manifestó su preocupación y habló de "una guerra desigual, la guerra de las piedras contra un ejército muy bien armado". En relación con la crisis de Irak, Ebadi se preguntó "cómo se puede esperar que haya demandas de democracia" cuando no están satisfechas las necesidades básicas.