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El misterio de las cartas amenazantes a ediles del PP

Los concejales del PP del Ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo recibían cartas amenazadoras...que pararon misteriosamente.

lecamp dijo el día 4 de Marzo de 2011 a las 00:05:

Por la pinta de las cartas, posiblemente hayan sido redactadas o dictadas o escritas por ministros o ministras o menestres de este Gobierno que tiene España. Vamos, negro y con cuernos....(¡ah no, que era blanco zaino!)

paserifo dijo el día 3 de Marzo de 2011 a las 22:51:

¡Qué cantidad de faltas de ortografía! Parecen extraídas directamente del Consejo de Ministros.

Hay faltas que no sabía ni que existieran.
¿Qué narices será eso del Fnacismo o Fracismo?
¿Cómo es posible que alguien escriba el gerundio “quemando” separado, es decir, “que mando”? Al menos, el «autor» no puso acento en la “o”.

Los de ese pueblo parecen sobradamente preparados para entrar en el Congreso de los Diputados o incluso para dirigir algún ministerio, como el de Industria, el de Educación o el de Sanidad.

Yendo al fondo de la cuestión. Esta gente que se sulfura tanto con la política, y que se pone a ladrar, aunque sea por escrito, son personas dignas de estudio y tratamiento psiquiátrico. No sólo por su propia salud y bienestar, sino por la de todos. Necesitan una afición. Por ejemplo, podrían salir al campo y hacer bocetos al carboncillo (con un lápiz también vale) del paisaje, de hierbas y arbustos del campo. La apicultura también tiene su gracia. Algún juego de puntería, como esos juegos tradicionales de bolos o herraduras. O el parchís. O la rana. o Aprenderse romances o poemas de memoria y recitarlos. O tallar una flauta en una caña y aprender a tocarla (o zampoña, si nos ponemos exquisitos).

De verdad, sin ironías, no merece la pena hacerse mala sangre con nada. Ni con la política, ni con la religión, ni con el fútbol ni nada de nada. Hay que estar a gusto, en la medida en que se pueda. Y, si algo te disgusta, apártalo de ti o apártate tú y ponte a hacer algo productivo, como jugar al Monkey Island, o aprender a programar en el ensamblador de la megadrive (Motorola 68K modificado) y hacer tu propia versión de Sonic y cargarla en un emulador de esos tan ilegales que hacen llorar a los pobres empresarios japoneses.

También podrían leer a Séneca, o a Tito Livio. O a Galdós. O a Jardiel Poncela. O aprender inglés y leer a Mark Twain, por ejemplo. O escuchar a los Ramones. O alguna copla de Concha Piquer. En fin, que hay muchas cosas por hacer antes de ponerse a sufrir, a llorar o a insultar. No digo que no haya que perseguir a los malos o dejarlos impunes, pero que el celo por la justicia no se transforme en un crímenes o en bajezas que se acaban volviendo contra uno mismo.

Bueno. Creo que me he explicado.