L D (EFE) Los restos de Mariam Suárez fueron inhumados tras una breve ceremonia fúnebre, en la que se recitó el salmo del buen pastor y a la que asistieron su viudo, sus dos hijos y sus hermanos Adolfo, Javier, Sonsoles y Laura, junto a otros familiares y amigos.
Entre los asistentes se encontraba el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansuátegui, el ex secretario general del Centro Democrático y Social (CDS) José Ramón Caso, el ganadero Samuel Flores, suegro de Adolfo Suárez Illana, el torero Enrique Ponce y su esposa, Paloma Cuevas, y el empresario teatral Gustavo Pérez Puig, así como representantes del mundo de la abogacía.
Mariam Suárez murió el domingo a consecuencia de una "carcinomatosis meningea", once años después de serle diagnosticado un tumor de mama cuando estaba embarazada, y sus restos mortales fueron trasladados este lunes al cementerio de Alcobendas desde la madrileña Clínica de la Luz, donde fue instalada una capilla ardiente tras su fallecimiento.
A lo largo de la mañana se desplazaron hasta la clínica el presidente del Tribunal Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, el del Senado, Juan José Lucas, y el vicepresidente segundo del Gobierno, Javier Arenas, que elogió a Mariam Suárez como "ejemplo de lucha permanente, de ayudar a los demás, de ganas de vivir". Jiménez de Parga subrayó que, con su "vida ejemplar", la fallecida dio a todos "la lección de padecer una dolencia grave con una entereza y un espíritu cristiano admirable", antes de añadir: "la conocí desde niña y desde entonces la he tenido un gran afecto y consideración".
También Lucas la definió como "una mujer ejemplar" y destacó que "la familia Suárez ha sufrido muchísimo, tanto Adolfo padre como Adolfo hijo y todos los hermanos".
Entre los asistentes se encontraba el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansuátegui, el ex secretario general del Centro Democrático y Social (CDS) José Ramón Caso, el ganadero Samuel Flores, suegro de Adolfo Suárez Illana, el torero Enrique Ponce y su esposa, Paloma Cuevas, y el empresario teatral Gustavo Pérez Puig, así como representantes del mundo de la abogacía.
Mariam Suárez murió el domingo a consecuencia de una "carcinomatosis meningea", once años después de serle diagnosticado un tumor de mama cuando estaba embarazada, y sus restos mortales fueron trasladados este lunes al cementerio de Alcobendas desde la madrileña Clínica de la Luz, donde fue instalada una capilla ardiente tras su fallecimiento.
A lo largo de la mañana se desplazaron hasta la clínica el presidente del Tribunal Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, el del Senado, Juan José Lucas, y el vicepresidente segundo del Gobierno, Javier Arenas, que elogió a Mariam Suárez como "ejemplo de lucha permanente, de ayudar a los demás, de ganas de vivir". Jiménez de Parga subrayó que, con su "vida ejemplar", la fallecida dio a todos "la lección de padecer una dolencia grave con una entereza y un espíritu cristiano admirable", antes de añadir: "la conocí desde niña y desde entonces la he tenido un gran afecto y consideración".
También Lucas la definió como "una mujer ejemplar" y destacó que "la familia Suárez ha sufrido muchísimo, tanto Adolfo padre como Adolfo hijo y todos los hermanos".
