L D (EFE) Los equipos de forenses y policía científica que trabajan en el pabellón 6 de IFEMA, habilitado como depósito temporal de cadáveres, han identificado ya 146 de los 192 cuerpos que han sido trasladados a ese punto.
Según los últimos datos facilitados por fuentes de la Concejalía de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid, los cadáveres de 131 de las víctimas de los atentados perpetrados han sido ya entregados a sus familias y trasladados a los tanatorios que estas han elegido.
Los profesionales continúan trabajando para tratar de identificar los 46 cadáveres restantes aunque probablemente al menos en una veintena de casos deban trasladarlos al Instituto Anatómico Forense, donde disponen de medios para practicarles pruebas más precisas.
Desde la tarde del jueves cientos de personas han vivido en el pabellón seis de IFEMA la terrible experiencia de aguardar la identificación de seres queridos a los que en muchos casos buscaban en ese lugar después de intentarlo infructuosamente en los hospitales de la capital. Mientras los especialistas trabajaban en el pabellón seis en la identificación de los cuerpos, los familiares, atendidos por psicólogos, asistentes sociales y sacerdotes, aguardaban en unas salas cercanas a que el nombre de sus allegados sonara por la megafonía para tratar de identificarlos.
A última hora de la tarde de este viernes aún quedaban en las salas de IFEMA alrededor de 250 familiares de víctimas, en su mayoría hispanoamericanos y polacos, a la espera de la identificación de sus allegados, según el responsable del grupo de apoyo psicosocial del equipo de emergencias de la Comunidad de Madrid, José Ramón Delgado.
Según los últimos datos facilitados por fuentes de la Concejalía de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid, los cadáveres de 131 de las víctimas de los atentados perpetrados han sido ya entregados a sus familias y trasladados a los tanatorios que estas han elegido.
Los profesionales continúan trabajando para tratar de identificar los 46 cadáveres restantes aunque probablemente al menos en una veintena de casos deban trasladarlos al Instituto Anatómico Forense, donde disponen de medios para practicarles pruebas más precisas.
Desde la tarde del jueves cientos de personas han vivido en el pabellón seis de IFEMA la terrible experiencia de aguardar la identificación de seres queridos a los que en muchos casos buscaban en ese lugar después de intentarlo infructuosamente en los hospitales de la capital. Mientras los especialistas trabajaban en el pabellón seis en la identificación de los cuerpos, los familiares, atendidos por psicólogos, asistentes sociales y sacerdotes, aguardaban en unas salas cercanas a que el nombre de sus allegados sonara por la megafonía para tratar de identificarlos.
A última hora de la tarde de este viernes aún quedaban en las salas de IFEMA alrededor de 250 familiares de víctimas, en su mayoría hispanoamericanos y polacos, a la espera de la identificación de sus allegados, según el responsable del grupo de apoyo psicosocial del equipo de emergencias de la Comunidad de Madrid, José Ramón Delgado.
Lo peor, la incertidumbre
La psicóloga de la Comunidad de Madrid Consolación López señaló que "lo peor de la noche ha sido la incertidumbre de muchos familiares, que estando ya en IFEMA creían todavía que sus familiares pudieran estar en los hospitales". La psicóloga destacó la "solidaridad de toda la sociedad y la humanidad con la que han actuado todas las personas de todos los servicios: limpieza, seguridad, servicios médicos y voluntarios", así como "la ayuda que han prestado a la hora de traer mantas y comida para los familiares".
Como una muestra más de esa solidaridad, en la entrada Norte de los recintos de IFEMA más de doscientos taxis aguardaban para llevar de forma gratuita a las familias al destino que necesitaran. En general, las familias intentaban llevarse los cadáveres de sus allegados cuanto antes para enterrarlos y, una vez que conocían la muerte de éstos, se mostraban más reacios a recibir ayuda asistencial, por lo que algunos pueden presentar en un futuro próximo trastornos de estrés postraumático, según explicaron algunos expertos que atienden a los familiares.
La psicóloga de la Comunidad de Madrid Consolación López señaló que "lo peor de la noche ha sido la incertidumbre de muchos familiares, que estando ya en IFEMA creían todavía que sus familiares pudieran estar en los hospitales". La psicóloga destacó la "solidaridad de toda la sociedad y la humanidad con la que han actuado todas las personas de todos los servicios: limpieza, seguridad, servicios médicos y voluntarios", así como "la ayuda que han prestado a la hora de traer mantas y comida para los familiares".
Como una muestra más de esa solidaridad, en la entrada Norte de los recintos de IFEMA más de doscientos taxis aguardaban para llevar de forma gratuita a las familias al destino que necesitaran. En general, las familias intentaban llevarse los cadáveres de sus allegados cuanto antes para enterrarlos y, una vez que conocían la muerte de éstos, se mostraban más reacios a recibir ayuda asistencial, por lo que algunos pueden presentar en un futuro próximo trastornos de estrés postraumático, según explicaron algunos expertos que atienden a los familiares.
Identificación
A medida que los forenses y expertos de policía científica iban identificando los cuerpos y los jueces autorizaban su traslado, han ido saliendo con destino a los distintos tanatorios. Los de la M-30 y el tanatorio Sur de Madrid han acogido la mayor parte de las víctimas. Al primero se ha trasladado una veintena de cuerpos, mientras que el Tanatorio Sur ha tenido ocupadas durante todo el día sus 60 salas con víctimas de los atentados. Una vez que algunos de los fallecidos han sido llevados por sus familias a otros lugares, las salas se han ocupado de nuevo con cadáveres procedentes de Ifema.
A lo largo del día han pasado por esa instalación 75 víctimas y se espera que durante la noche lleguen alrededor de quince más. El gran número de cadáveres ha obligado a habilitar, además de las salas y las quince cámaras frigoríficas de que dispone el tanatorio, cuatro salas más en el oratorio. Además de en estos dos tanatorios, los cuerpos han sido velados por las familias en otros como el de La Paz en Alcobendas, el de Guadalajara, las salas mortuorias del Cementerio Jardín y el Hospital Príncipe de Asturias, en el municipio madrileño de Alcalá de Henares, y el nuevo cementerio de Leganés y el de Butarque, también ubicado en esa misma localidad.
En algunos casos, las familias han trasladado ya los restos mortales de sus allegados para el entierro o incineración, aunque buena parte de las mismas lo harán este sábado.
A medida que los forenses y expertos de policía científica iban identificando los cuerpos y los jueces autorizaban su traslado, han ido saliendo con destino a los distintos tanatorios. Los de la M-30 y el tanatorio Sur de Madrid han acogido la mayor parte de las víctimas. Al primero se ha trasladado una veintena de cuerpos, mientras que el Tanatorio Sur ha tenido ocupadas durante todo el día sus 60 salas con víctimas de los atentados. Una vez que algunos de los fallecidos han sido llevados por sus familias a otros lugares, las salas se han ocupado de nuevo con cadáveres procedentes de Ifema.
A lo largo del día han pasado por esa instalación 75 víctimas y se espera que durante la noche lleguen alrededor de quince más. El gran número de cadáveres ha obligado a habilitar, además de las salas y las quince cámaras frigoríficas de que dispone el tanatorio, cuatro salas más en el oratorio. Además de en estos dos tanatorios, los cuerpos han sido velados por las familias en otros como el de La Paz en Alcobendas, el de Guadalajara, las salas mortuorias del Cementerio Jardín y el Hospital Príncipe de Asturias, en el municipio madrileño de Alcalá de Henares, y el nuevo cementerio de Leganés y el de Butarque, también ubicado en esa misma localidad.
En algunos casos, las familias han trasladado ya los restos mortales de sus allegados para el entierro o incineración, aunque buena parte de las mismas lo harán este sábado.
