
El primer traslado de la imagen para pedir lluvia tuvo lugar hace trescientos años y casi un siglo después, en 1780, estas rogativas se convirtieron en romerías con motivo de las fiestas. Por ello, los regantes han pedido al obispo que salga en procesión la Virgen de la Fuensanta y que realice un recorrido por la plaza antes de su regreso al Santuario, previsto para el martes de la semana siguiente.
Además, la Federación de Moros y Cristianos de Murcia ha puesto a disposición de los regantes el escenario y las sillas que instalan cada año en la plaza del Cardenal Belluga para la celebración de la representación de la Fundación de Murcia por Abderramán II, que tendrá lugar al día siguiente de la rogativa.
Esta es la primera vez que el Sindicato Central pide la intercesión de la patrona y solicita una misa de rogativa para que llueva, a consecuencia de los problemas que tienen tras un segundo año de sequía y con peores perspectivas para el próximo año hidrológico al no haber apenas agua en la cabecera del Tajo para trasvasar. Según fuentes del Obispado, la Virgen será sacada a la plaza del cardenal Belluga con el tradicional manto de color morado que utiliza para las rogativas.
La anterior patrona, destronada por falta de lluvias
Se da la circunstancia que la original patrona murciana, la Virgen de la Arrixaca, fue destronada por los vecinos porque no llovió durante muchos años, siendo sustituida por la Fuensanta en 1927, año desde el cual es trasladada anualmente a la ciudad el segundo jueves de Cuaresma y en vísperas de las fiestas de septiembre.
Por su parte, la portavoz del grupo parlamentario socialista, Teresa Rosique, dijo que no asistirá a la misa de rogativa porque dicho acto está siendo instrumentalizado políticamente por el gobierno regional, si bien dijo respetar el acto.
El secretario general del sindicato agrario UPA en la Región, Marco Alarcón, dijo este miércoles que los regantes murcianos llevan rezando mucho tiempo para que llueva sin necesidad de la misa del sábado, la cual, según dijo, se ha pedido ante la situación de desesperación que viven los agricultores ante la falta de agua.
