"Él sabrá lo que dice", añadió en declaraciones a Europa Press, para asegurar que si bien "hasta ahora" no se han "podido fiar mucho, tampoco queda otra", ya que lo que todos los familiares esperan es que los 36 secuestrados vuelvan a sus hogares.
Así, destacó que ahora "no es el momento de criticar ni pelear, sino de encauzar las cosas y tirar adelante", para que el conflicto se resuelva lo antes posible.
La esposa de Pablo Costas, marinero residente en la localidad pontevedresa de Gondomar, fue una de las familiares que participó este luenes en una reunión con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y otros representantes del Gobierno gallego, quienes les transmitieron su "apoyo" y cercanía en estos momentos difíciles, según destacó.
Por otra parte, recordó que familiares de los 36 marineros que están secuestrados pedirán mañana a la Presidencia de la Audiencia Nacional que los dos piratas detenidos que permanecen en España sean conducidos a Somalia, solicitándole que, "si está en sus manos la liberación de los piratas", utilicen la "vía jurídica que permita salir del atolladero".
Finalmente, la mujer explicó que desde el pasado jueves, cuando los tripulantes comunicaron a sus familias el desembarco de tres de los tripulantes –dos gallegos y un vasco–, no ha vuelto a hablar con su marido.
Pruebas de los víveres y agua
Por otro lado, Argi Galbarriatu, hermana del capitán del atunero "Alakrana", ha reclamado este lunes al Gobierno que, a través de "alguna organización humanitaria o presionando al Gobierno de Somalia", compruebe si los tripulantes del pesquero secuestrado tienen acceso a comida, agua potable y medicinas.
Al término de un encuentro celebrado esta tarde en Bilbao con el Ararteko -Defensor del Pueblo vasco-, Iñigo Lamarca, y en declaraciones a los medios, Galbarriatu, acompañada de otros familiares de marineros del "Alakrana", ha explicado que esta mañana han recibido una "llamada de socorro" por parte de uno de los tripulantes.
Según esta última comunicación, el buque, capturado en el Índico el pasado 2 de octubre, cuenta con agua potable y comida, pero a los tripulantes "no les llega", ya que los piratas "la desperdician delante de ellos en vez de dársela y la tiran por la borda". Ante esta situación, ha reclamado "ayuda humanitaria urgente en el barco", porque "la necesitan para seguir viviendo y ya no aguantan más".
"El Gobierno podría pedir a alguna organización humanitaria que comprobara si ese agua y esa comida les llega a los marineros y que pregunte qué medicinas hacen falta, ya que algunos tienen asma u otras patologías", según ha remarcado.
La hermana del capitán ha destacado que los tripulantes -36 personas- "no se encuentran bien, están fatal, al límite y en condiciones pésimas, bajo humillaciones y vejaciones continuas, y muchos de ellos no van a aguantar".