L D (EFE)
El epicentro del terremoto que azotó Argel y su región la noche del pasado miércoles y que ha causado más de 2.000 muertos y 9.000 heridos, según los últimos recuentos oficiales, se sitúa entre Zemmuri y la aldea de Thenia. En concreto, Zemmuri prácticamente ha sido borrada de la faz de la tierra, ya que no ha quedado ningún edificio indemne en todo su casco urbano.
La mezquita, la sede de Correos, el ayuntamiento, el cuartel de la Gendarmería y decenas de edificios de viviendas se vinieron abajo en cuestión de pocos segundos y entre sus escombros quedaron atrapadas más de doscientas personas, la mayor parte de las cuales fueron rescatadas sin vida. En la mezquita estaban orando varias personas cuando se produjo la sacudida, que derrumbó el minarete y el resto del templo, sin que nadie pudiera salvarse.
Los equipos de socorro tardaron en llegar a Zemmuri, al haberse concentrado los dos primeros días en la localidad de Bumerdés, la más afectada de todas. Los supervivientes de Zemmuri estuvieron desenterrando víctimas con picos y palas hasta que llegó el primer destacamento militar para ayudarles y aportarles las primeras tiendas de campaña. Actualmente trabajan en las tareas de desescombro un equipo de socorristas japoneses y cientos de voluntarios de Protección Civil, pero se ha desvanecido la esperanza de encontrar a alguien con vida.
Las autoridades municipales de Zemmuri manifestaron que no se ha podido rescatar a nadie con vida y que algunas personas que permanecieron tanto tiempo atrapadas entre los escombros, pero con vida, acabaron falleciendo por la tardanza en disponer de equipos de rescate adecuados. Los que se pudieron salvar instalaron las tiendas de campaña en la playa adyacente y recibieron alimentos, agua mineral y medicinas aportados por caravanas procedentes de otras provincias del país, en particular de la Cabilia. Las réplicas del seísmo se sienten aquí con más fuerza y, en una de ellas, ocurrida ayer, domingo, se desplomó un muro e hirió de gravedad a uno de los jóvenes que participaba en las tareas de rescate.
Las víctimas del terremoto en las regiones afectadas ascienden ya a 2.217 y los heridos a 9.085, según el último recuento provisional, pero es de temer que esas cifras aumenten, dado que aún hay más de 400 personas desaparecidas.
La mezquita, la sede de Correos, el ayuntamiento, el cuartel de la Gendarmería y decenas de edificios de viviendas se vinieron abajo en cuestión de pocos segundos y entre sus escombros quedaron atrapadas más de doscientas personas, la mayor parte de las cuales fueron rescatadas sin vida. En la mezquita estaban orando varias personas cuando se produjo la sacudida, que derrumbó el minarete y el resto del templo, sin que nadie pudiera salvarse.
Los equipos de socorro tardaron en llegar a Zemmuri, al haberse concentrado los dos primeros días en la localidad de Bumerdés, la más afectada de todas. Los supervivientes de Zemmuri estuvieron desenterrando víctimas con picos y palas hasta que llegó el primer destacamento militar para ayudarles y aportarles las primeras tiendas de campaña. Actualmente trabajan en las tareas de desescombro un equipo de socorristas japoneses y cientos de voluntarios de Protección Civil, pero se ha desvanecido la esperanza de encontrar a alguien con vida.
Las autoridades municipales de Zemmuri manifestaron que no se ha podido rescatar a nadie con vida y que algunas personas que permanecieron tanto tiempo atrapadas entre los escombros, pero con vida, acabaron falleciendo por la tardanza en disponer de equipos de rescate adecuados. Los que se pudieron salvar instalaron las tiendas de campaña en la playa adyacente y recibieron alimentos, agua mineral y medicinas aportados por caravanas procedentes de otras provincias del país, en particular de la Cabilia. Las réplicas del seísmo se sienten aquí con más fuerza y, en una de ellas, ocurrida ayer, domingo, se desplomó un muro e hirió de gravedad a uno de los jóvenes que participaba en las tareas de rescate.
Las víctimas del terremoto en las regiones afectadas ascienden ya a 2.217 y los heridos a 9.085, según el último recuento provisional, pero es de temer que esas cifras aumenten, dado que aún hay más de 400 personas desaparecidas.
