
(Libertad Digital) Respecto a las declaraciones de diferentes vecinos de Coslada, el diario La Razón publica el sábado declaraciones como las de Luis Matías, ex empresario de la localidad y antiguo amigo de Ginés, que afirma ser "el que más y el que menos sabía lo de Ginés". Afirmaciones como éstas son sólo las primeras de una serie de ellas, que coinciden en denunciar la conducta de la banda de policías dedicada a la extorsión y al tráfico de drogas.
"En mi barrio no se puede ni vivir, tío", dice un joven de la localidad. "Me dan miedo dos de esos que un ladrón con una pistola", dice refiriéndose al acoso constante de los locales. Otro compañero suyo narra en La Razón como hace poco lo pararon y cuando les dijo que le devolvieran un objeto, que pertenecía a un familiar, se lo rompieron en la cara y lo multaron sin contemplaciones.
En este contexto cada vez hay más denuncias de vecinos que se animan a sacar a la luz su descontento. Si los pagos de las extorsiones –denominados "aportaciones"- de los comercios no se realizaban, el propio Jiménez acosaba su negocio hasta obligarlo a cerrar. Entre los medios utilizados para ello, ponía controles de alcoholemia en la entrada y empleaba a fondo sus grúas municipales para retirar coches. No era raro, según señala La Razón, el uso de palizas para intimidar cualquier intento de protesta.
Un hostelero de la ciudad afirma que "una vez tuvo un problema con un señor de una cafetería por cobrarle o no sé qué", afirma (dado que Jiménez no solía pagar en ningún establecimiento). "Y por la noche, cuando cerró el local, apareció un coche de Policía y éste hombre empezó a insultarle, metiéndose con su mujer para que el otro reaccionara. Luego le denunció por intento de agresión y creo que estuvo una temporada en la cárcel".
"Hice lo que pude"
De igual manera, el que fuera alcalde de Coslada entre 1999 y 2003, el socialista Juan Granados, ha asegurado que cuando fue nombrado regidor "no había denuncias, pero sí tantos rumores sobre prebendas a la Policía Local", que se puso a combatirlos: "Hice todo lo que pude, pero muchos decidieron mirar hacia otro lado". Según informa Efe, desde que Ginés Jiménez fue nombrado Oficial Jefe de la Policía Local en 1986, Granados ha sido el único alcalde que lo suspendió en varias ocasiones de empleo y sueldo, costándole un "enfrentamiento constante" con Jiménez, que finalmente volvió a su puesto y le denunció, a su vez, por acoso laboral.
"Le dije que no admitiría comportamientos irregulares y le exigí que actuara dentro de la legalidad vigente, pero mis exigencias no se cumplieron, a pesar de las suspensiones cautelares y de poner a un oficial por encima de él", ha explicado Granados. Tras la detención de Ginés Jiménez y 25 policías más, Granados, retirado de la vida política, ha mostrado una "enorme satisfacción, porque al final la Justicia ha prosperado y está donde tiene que estar".
"Le dije que no admitiría comportamientos irregulares y le exigí que actuara dentro de la legalidad vigente, pero mis exigencias no se cumplieron, a pesar de las suspensiones cautelares y de poner a un oficial por encima de él", ha explicado Granados. Tras la detención de Ginés Jiménez y 25 policías más, Granados, retirado de la vida política, ha mostrado una "enorme satisfacción, porque al final la Justicia ha prosperado y está donde tiene que estar".
"Detenciones políticas"
Mientras tanto, el secretario general de la UFP, (Unión Federal de Policía), Alfredo Perdiguero, ha anunciado que en próximos días quizá se produzcan nuevas detenciones en la ‘operación Bloque’. "Incluso podría llevarse a cabo alguna detención política". Asimismo ha expresado su satisfacción por las detenciones y ha afirmado que están "muy contentos" de que "se quite de en medio a unos presuntos delincuentes".
Perdiguero también ha afirmado que Jiménez ejercía "competencias que no le correspondían" y que era "vox populi" en Coslada que su cuerpo cometía abusos "saltándose todos los filtros posibles". "Sabemos que ha llegado alguna denuncia pero no sabemos por qué se ha archivado".
Rencillas entre cuerpos
El autoritario carácter de Ginés Jiménez deterioró su relación, y de todo el cuerpo de la Policía Local, con la Policía Nacional. Basándose en diversos testimonios, La Razón afirma que los locales llevaban incluso a los detenidos a las dependencias de la Guardia Civil para no tener que tratar siquiera con los policías nacionales que hubiesen sido los encargados habituales de esos casos.
"Era un mandato autoritario y personalista", afirma un representante del CSIF sobre la conflictiva personalidad de Jiménez. En concreto se refiere a hechos como el presente en la acusación del sindicato pasada por escrito en 2007, en la que se revela como con el "coche pagado por los ciudadanos de Coslada" fue a la discoteca de Pachá de Madrid, para luego "dejárselo a un apersona de nacionalidad rumana" para que lo condujese "a todo gas con las sirenas puestas por las inmediaciones". Cuando otros agentes lo detuvieron, Jiménez respondió con ademanes chulescos "a quién quieres que llame, a tu inspector jefe o a tu Oficial de Distrito".
