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Revilla pide protección jurídica para su puro

El presidente de Cantabria no renuncia a dejar su puro donde le dé la gana y este lunes volvió a depositarlo en la ventana del Parlamento. Llamó a los medios de comunicación para que fueran testigos de su desafío.

El presidente de Cantabria no renuncia a dejar su puro donde le dé la gana y este lunes volvió a depositarlo en la ventana del Parlamento. Llamó a los medios de comunicación para que fueran testigos de su desafío.

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla (PRC), ha vuelto a depositar en una de las ventanas del Parlamento el puro que suele fumar antes de los plenos, dispuesto a no renunciar a un hábito para el que incluso ha solicitado la protección del jurista romano Ulpiano.

Miguel Ángel Revilla repite ese gesto cada lunes, confiado en que podrá seguir fumándose el habano a la salida del pleno, pero en las últimas semanas su cigarro ha aparecido en el suelo, pisoteado, asunto que a punto ha estado de traspasar la puerta del Legislativo y de colarse en los debates del hemiciclo.

De hecho, el PRC había presentado una pregunta dirigida al propio Revilla que acabó retirando cuando el líder del PP, Ignacio Diego, reconoció que había sido él quien le apagó el puro al presidente el lunes pasado, porque el hecho de que lo dejara en ese sitio le pareció "una guarrada" y una "falta de respeto" al Parlamento.

Ayer por la tarde, Revilla llegó a la sede del Legislativo solo y conduciendo él mismo su coche minutos antes de las cinco de la tarde, que es la hora en la que comienzan cada lunes las sesiones del pleno del Parlamento cántabro. Tras aparcar en el recinto de la Cámara, el presidente cántabro apareció ante los periodistas y reporteros gráficos que lo esperaban hablando por su teléfono móvil, que colgó antes de depositar el puro en la repisa de la ventana, como habitualmente hace cada lunes.

A continuación Revilla, avanzó hacia la puerta del Parlamento y allí se dirigió a la diputada del grupo regionalista Alodia Blanco para decirle: "Las costumbres son costumbres". Y por si no quedaba suficientemente solemne, el presidente citó, en latín, la frase de Domicio Ulpiano: "Mores sunt tacitus consensus populi longa consuetudine inveteratus", que se puede traducir como "las costumbres son un tácito acuerdo del pueblo arraigado tras una larga práctica".

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