L D (EFE) La herida más grave es una de sus hijas, Rosina Abós, de 30 años, que presenta un pinchazo inciso en el tórax, aunque está fuera de peligro en el hospital Miguel Servet de la capital aragonesa, al que también fue trasladado, al área de preventivos, el autor de la agresión, con lesiones superficiales, y que ha sido dado de alta.
El alcalde, de 60 años, militante del PSOE y que gobierna el Ayuntamiento de Utebo desde hace más de veinte, fue ingresado en el hospital Clínico con un corte en el antebrazo izquierdo, herida de la que será intervenido quirúrgicamente ya que le afectó al tendón flexor del segundo dedo de la mano. En el mismo centro ha sido atendida su esposa, Rosa María Sanz Santolaria, también de 60 años, de una herida incisa en el primer dedo de la mano derecha y de otra en la parte submamaria derecha, aunque ya ha recibido el alta médica.
Su segunda hija, Lucía Abós Sanz, de 26 años, también ha sido dada de alta tras ser curada de una herida incisa en la muñeca izquierda que afectaba sólo a planos superficiales, según precisaron fuentes sanitarias del gobierno aragonés. Los hechos ocurrieron en torno a las 15:45 horas en el domicilio que tiene el alcalde en la plaza Mariano Arregui,1, de la capital aragonesa, un segundo piso, en cuyo rellano se apostó el policía local a la espera de que saliera alguno de sus miembros.
Según explicó el delegado del Gobierno, Javier Fernández, tras visitar al alcalde y su familia en el hospital, la agresión se produjo cuando una de sus hijas abrió la puerta de la casa para salir y fue apuñalada por el policía local en un costado. Tras esta agresión se desencadenó un enfrentamiento en el que participaron el alcalde y su familia hasta que consiguieron reducir al agresor, que ha sido identificado como Emilio Naila, de 44 años, quien llevada 18 meses de baja y mantenía un largo litigio con el Ayuntamiento de Utebo y, de carácter personal, con su alcalde.
Sobre este asunto, fuentes de la corporación explicaron que el policía local llevaba más de cinco años amenazando al alcalde, a varios concejales y a personal del Ayuntamiento, que se ha visto obligado en varias ocasiones, durante los últimos años, a llevarlo ante los tribunales. "Este final, aunque nos ha pillado por sorpresa, era previsible", según dijo un integrante de la corporación, quien reveló que el policía llevaba tiempo "intentando mejorar" su estatus laboral, pero no lo conseguía porque "no cumplía con su trabajo e incluso fue necesario quitarle el arma después de que amenazara con ella al alcalde".
Naila llevaba de baja muchos meses y los dos últimos no tenía ningún ingreso ya que se le había denegado la incapacidad permanente que había solicitado, según las citadas fuentes, quienes resaltaron que el alcalde era continuamente vigilado por el agente, que incluso llegaba a seguirle por la calle, por lo que ya había interpuesto varias denuncias contra él en la Guardia Civil.
El delegado del Gobierno, que fue uno de los primeros en conocer los hechos ya que fue informado telefónicamente por el propio alcalde, indicó que tenía retirada el arma de fuego reglamentaria desde hacía tres años debido a que estaba sometido a un tratamiento médico. Asimismo, confirmó que el agente ya había sido sancionado en alguna ocasión por el Ayuntamiento y que tenía problemas, desde 1996, con el alcalde, a quien "hacía responsable" de las sanciones que recibía, motivo por el que se abrió un proceso judicial que perdió el policía local. "Da la sensación de que es una persona que tiene algún tipo de problema personal con el responsable del Ayuntamiento y de su puesto de trabajo", concluyó Fernández.
El alcalde, de 60 años, militante del PSOE y que gobierna el Ayuntamiento de Utebo desde hace más de veinte, fue ingresado en el hospital Clínico con un corte en el antebrazo izquierdo, herida de la que será intervenido quirúrgicamente ya que le afectó al tendón flexor del segundo dedo de la mano. En el mismo centro ha sido atendida su esposa, Rosa María Sanz Santolaria, también de 60 años, de una herida incisa en el primer dedo de la mano derecha y de otra en la parte submamaria derecha, aunque ya ha recibido el alta médica.
Su segunda hija, Lucía Abós Sanz, de 26 años, también ha sido dada de alta tras ser curada de una herida incisa en la muñeca izquierda que afectaba sólo a planos superficiales, según precisaron fuentes sanitarias del gobierno aragonés. Los hechos ocurrieron en torno a las 15:45 horas en el domicilio que tiene el alcalde en la plaza Mariano Arregui,1, de la capital aragonesa, un segundo piso, en cuyo rellano se apostó el policía local a la espera de que saliera alguno de sus miembros.
Según explicó el delegado del Gobierno, Javier Fernández, tras visitar al alcalde y su familia en el hospital, la agresión se produjo cuando una de sus hijas abrió la puerta de la casa para salir y fue apuñalada por el policía local en un costado. Tras esta agresión se desencadenó un enfrentamiento en el que participaron el alcalde y su familia hasta que consiguieron reducir al agresor, que ha sido identificado como Emilio Naila, de 44 años, quien llevada 18 meses de baja y mantenía un largo litigio con el Ayuntamiento de Utebo y, de carácter personal, con su alcalde.
Sobre este asunto, fuentes de la corporación explicaron que el policía local llevaba más de cinco años amenazando al alcalde, a varios concejales y a personal del Ayuntamiento, que se ha visto obligado en varias ocasiones, durante los últimos años, a llevarlo ante los tribunales. "Este final, aunque nos ha pillado por sorpresa, era previsible", según dijo un integrante de la corporación, quien reveló que el policía llevaba tiempo "intentando mejorar" su estatus laboral, pero no lo conseguía porque "no cumplía con su trabajo e incluso fue necesario quitarle el arma después de que amenazara con ella al alcalde".
Naila llevaba de baja muchos meses y los dos últimos no tenía ningún ingreso ya que se le había denegado la incapacidad permanente que había solicitado, según las citadas fuentes, quienes resaltaron que el alcalde era continuamente vigilado por el agente, que incluso llegaba a seguirle por la calle, por lo que ya había interpuesto varias denuncias contra él en la Guardia Civil.
El delegado del Gobierno, que fue uno de los primeros en conocer los hechos ya que fue informado telefónicamente por el propio alcalde, indicó que tenía retirada el arma de fuego reglamentaria desde hacía tres años debido a que estaba sometido a un tratamiento médico. Asimismo, confirmó que el agente ya había sido sancionado en alguna ocasión por el Ayuntamiento y que tenía problemas, desde 1996, con el alcalde, a quien "hacía responsable" de las sanciones que recibía, motivo por el que se abrió un proceso judicial que perdió el policía local. "Da la sensación de que es una persona que tiene algún tipo de problema personal con el responsable del Ayuntamiento y de su puesto de trabajo", concluyó Fernández.
