El pasado miércoles, Brian Thompson, consejero delegado de la aseguradora médica estadounidense UnitedHealthcare, fue asesinado a tiros en pleno Manhattan. El crimen se cometió frente al hotel Hilton de Nueva York cuando el directivo iba a asistir a la conferencia anual de inversores de la multinacional. Thompson, de 50 años, llevaba dos décadas trabajando en la compañía y asumió en 2021 la dirección de división de seguros de UnitedHealthcare, que asiste a 50 millones de estadounidenses.
La Policía consideró el crimen "premeditado" y "selectivo": el tirador le estuvo esperando a la puerta del hotel y le disparó varias veces hasta que cayó muerto. El individuo huyó en bicicleta cruzando Central Park y después habría subido a un taxi rumbo a la estación de autobuses de Port Authority. Las autoridades difundieron imágenes del tirador captadas por cámaras de seguridad y pidieron ayuda a los ciudadanos para localizar al autor de un crimen que enseguida tuvo una gran repercusión. Mientras, en las redes sociales comenzaron a aparecer mensajes que de forma más o menos abierta celebraban lo ocurrido cargando contra las empresas de seguros de salud estadounidenses parodiando su lenguaje al denegar tratamientos: "Lo siento, hace falta una autorización previa para pésames y oraciones".
Casi una semana después, el asesino fue localizado y arrestado gracias a la llamada de un ciudadano que lo identificó cuando comía en un McDonald’s de la ciudad de Altona, en Pensilvania. En el momento de la detención, según informó la Policía de Nueva York, llevaba una mochila con una pistola y un silenciador "de características compatibles" con el arma del crimen. Cuando llegaron los agentes, mostró un carnet falso que había utilizado previamente para registrarse en un albergue en Nueva York. La Policía finalmente lo identificó como Luigi Mangione, de 26 años.
En una primera comparecencia ante el tribunal, Mangione no reconoció los cargos y el juez ordenó su encarcelamiento sin derecho a fianza bajo la acusación de cinco cargos, entre ellos el de asesinato en segundo grado, posesión criminal de un arma y de documentación falsa.
Entretanto, las burlas hacia la víctima y los mensajes de simpatía hacia el asesino no han cesado e incluso, según informa The Washington Post, se ha empezado a vender merchandising (tazas, camisetas o sudaderas) con el críptico mensaje que fue encontrado en casquillos de bala en el escenario del crimen, según desveló la cadena ABC News: "Deny", "defend", "depose" (denegar, defender, deponer). El mismo medio señala que Amazon ha decidido retirar de la venta estos productos, que también están disponibles en Temu o eBay.
Sobre el asesino, se sabe que pertenece a una influyente familia de Maryland que hizo fortuna con inversiones inmobiliarias. A través de un portavoz, se han declarado "devastada" por la noticia. El joven fue alumno de un elitista colegio de Baltimore, estudió informática en la Universidad de Pensilvania, dio clases de robótica en Stanford y tuvo Hawaii como última residencia conocida. La prensa local recopila elogios de compañeros y profesores: "Era muy brillante, estaba lleno de vida… no encaja con ese chico al que conocí hace años", dice uno de ellos.
Mientras, el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, ha señalado, ante lo que se sigue leyendo en las redes sociales, que el sospechoso "no es ningún héroe": "En EEUU no matamos gente a sangre fría para expresar un punto de vista, el héroe es la persona que llamó a la Policía esta mañana".