
Los restos óseos de una persona adulta hallados junto a los de la niña, cuya identidad se presume que es la de Dolores Rodríguez García, de diez años, desaparecida en Cúllar a finales de octubre de 1983, pertenecen a una mujer. Así lo confirmó este jueves el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández. "Se ha determinado, a través de toda la trazabilidad realizada desde el punto de vista genético, que los restos corresponden, por un lado, a una menor, una niña, y por otro, a una mujer adulta. Eso es un hecho", declaró Fernández ante los medios.
Aunque la identidad de la mujer sigue sin confirmarse oficialmente, la investigación apunta directamente a Francisca Reche Rodríguez, vecina de Huéscar, de 65 años y madre de seis hijos, quien desapareció repentinamente durante las fiestas locales de 1994. Al igual que en el caso de Dolores Rodríguez, su desaparición nunca llegó a esclarecerse. Familiares de Reche aún residen en Huéscar, aguardando respuestas.
Investigación abierta
La Guardia Civil mantiene abierta una investigación pendiente del resultado de los análisis realizados por el Departamento de Antropología Física de la Universidad de Granada y el Instituto de Medicina Legal. Estos estudios pretenden determinar con exactitud la antigüedad de los restos encontrados.
El delegado señaló también los próximos pasos: "Si esos huesos tuvieran correlación con los años de desaparición de ambas personas, entonces se pedirá el contraste con los familiares posibles que estén vivos de esas dos personas para comprobar si efectivamente son ellas".
El hallazgo, en un lugar remoto y de difícil acceso, refuerza la teoría de que quienes depositaron allí los cuerpos conocían bien la zona. Desde el entorno familiar de Dolores Rodríguez mantienen firmemente que la niña fue víctima de un secuestro.


