En un país tan grande como Estados Unidos, la mayoría de las noticias quedan limitadas a los medios locales. Son los grandes periódicos y televisiones quienes deciden cuáles merecen atención del público nacional. Y cada vez con mayor frecuencia, lo hacen sólo cuando conviene a sus narrativas ideológicas. Así, tuvimos a los bobos de medio mundo hincando la rodilla por la muerte de George Floyd, pero rara vez nos enteramos de los crímenes en los que la víctima es blanca y el culpable negro, pese a ser más frecuentes.
Para hacerlo frecuentemente hay que acudir a medios locales. Por ejemplo, los de Arizona, que llevan días informando de un crimen horrible. El pasado 5 de abril, el matrimonio de Jacob y Kristen Couch esperaban el autobús en una parada en la ciudad de Tucson cuando Daniel Michael, de 25 años, se acercó y comenzó a gritarles. Tras una breve interacción, Michael golpeó a Jacob en el cuello con lo que su esposa describió como un machete, causándole una herida masiva que cortó una arteria y llegó hasta el cráneo, según declaraciones de su cuñada, Erica Sims. La herida cortó el riego sanguíneo al cerebro, de modo que los médicos no esperan que sobreviva.
La pareja, casada desde hace 11 años, estaba en un viaje de regreso a su hogar en Alabama después de pasar casi 10 meses en Los Ángeles, donde habían estado pasando unos días para intentar superar el duelo por la pérdida de su hijo, Brooks, quien nació sin vida en mayo de 2024. Y fue en el camino de vuelta, después de darse cuenta de que cambiar de escenario no servía de nada, cuando tuvieron la mala fortuna de cruzar su camino con Daniel Michael.
"Me duele saber que no pude estar ahí para protegerle después de que él me haya protegida toda mi vida", ha declarado Luke Couch, hermano pequeño de la víctima. "Ha sido un crimen sin sentido", concluyó su viuda.
Después de identificarle en vídeos de seguridad, Daniel Michael fue arrestado el 8 de abril de 2025 en su apartamento, donde la policía encontró un hacha y ropa que coincidía con la descripción del atacante. Se enfrenta a cargos de agresión agravada con un instrumento peligroso y causar lesiones graves, a las que previsiblemente se sumarán otras más graves cuando Jacob Couch muera. La fianza ha sido fijada en un millón de dólares. Su defensa ha consistido en alegar que estaba borracho y no se acuerda de nada.