
La indignación sacude a la comunidad de Frisco tras la reducción de la fianza de Karmelo Anthony, el joven de 17 años acusado de asesinar a Austin Metcalf, un prometedor estudiante y deportista del instituto Frisco Memorial, por pedirle que cambiara de asiento. Inicialmente fijada en un millón de dólares, fue reducida a 250.000 dólares por la juez Angela Tucker, permitiendo que el joven abandonara el centro de detención bajo arresto domiciliario, con un monitor de tobillo y supervisión adulta constante.
La rebaja, solicitada por los abogados defensores Billy Clark y Kim Cole, ha sido interpretada por muchos como una afrenta, dada la gravedad del crimen. Austin Metcalf, de 17 años, murió en brazos de su hermano gemelo, Hunter, tras recibir una puñalada en el corazón en un altercado que, según los testigos, comenzó por una discusión trivial sobre un asiento. La brutalidad del acto y la confesión de Anthony, quien alegó "defensa propia" pese a las evidencias en su contra y los numerosos testigos presentes, han hecho que la decisión del juez sea vista como un insulto a la memoria de la víctima que jamás habría tenido lugar de no ser el asesino negro y su víctima blanca.
¿Y cómo ha conseguido ese cuarto de millón de dólares? Pues a través de una colecta online con la que la familia está pagando también a sus abogados y que ya alcanza el medio millón. Esta iniciativa ha desatado una ola de críticas. "Es una bofetada en la cara para la familia de Austin", aseguró un vecino de Frisco que prefirió mantenerse en el anonimato. "Mientras los Metcalf lloran a su hijo, la familia del asesino confeso pide dinero como si fuera una causa benéfica".
Pero el colmo llegó hace unos días durante una rueda de prensa organizada por los padres de Karmelo Anthony y su portavoz, el activista de extrema izquierda Dominique Alexander, que tuvo lugar en la sede de su organización en Dallas. El comienzo de la misma se retrasó porque Alexander vio que Jeff Metcalf, padre de Austin, estaba entre los asistentes y, tras negarse éste a irse voluntariamente, llamó a la policía para que lo expulsaran de la sala. "Que el padre estuviera en esta rueda de prensa es una falta de respeto a la dignidad de su hijo", declaró encima Alexander para justificarse.
"Me sacaron como si fuera un delincuente, mientras el asesino de mi hijo está en su casa", declaró Metcalf a medios locales, visiblemente afectado. "Solo quería respuestas: ¿cómo entró un cuchillo a un evento escolar? ¿Por qué no hay justicia para Austin?". La expulsión, justificada por Alexander como una medida para "mantener el orden", ha sido duramente criticada por quienes consideran que se está silenciando a la familia de Austin Metcalf para presentar a su asesino como si fuera él la víctima.