
El óxido nitroso, más conocido como gas de la risa, se ha convertido en una droga de moda entre los jóvenes de varios países europeos, especialmente en Reino Unido y, cada vez con más frecuencia, en España. A pesar de su apariencia inofensiva —viene en pequeños botes metálicos y genera una breve euforia acompañada de risa incontrolada—, su consumo entraña graves riesgos para la salud.
Según el Ministerio de Sanidad, en el Plan Nacional sobre Drogas, explican que el óxido nitroso "es un gas con propiedades anestésicas, analgésicas y disociativas, incoloro, casi inodoro y con un ligero sabor dulce. Es comburente y más pesado que el aire. Es una sustancia de alta disponibilidad y bajo precio", explican en el informe. Al que añaden que "existe una percepción social de seguridad en su consumo". Esta falsa percepción ha facilitado su popularización.
Las consecuencias
El uso recreativo del óxido nitroso no está exento de consecuencias graves. Los especialistas del Royal London Hospital alertan de que ven un caso nuevo casi cada semana de pacientes que presentan síntomas neurológicos tras el consumo de este gas.
Los efectos pueden incluir cosquilleo o entumecimiento en las extremidades, dificultad para caminar, caídas frecuentes o pérdida de sensibilidad en manos y pies. Esto se debe, en parte, a que su uso intensivo reduce los niveles de vitamina B12, lo que puede dañar la médula espinal.
Aunque los efectos inmediatos del gas de la risa pueden parecer anecdóticos —risa descontrolada, alucinaciones o sensación de ligereza—, los riesgos son reales. El óxido nitroso ralentiza las respuestas físicas y cognitivas, y su inhalación directa desde los cilindros presurizados puede provocar quemaduras internas, asfixia, pérdida de conciencia o incluso parada respiratoria.
Entre otros peligros inmediatos se encuentran:
- Paranoia intensa y breve.
- Reducción de la sensibilidad al dolor.
- Disminución del nivel de alerta.
- Desorientación espacio-temporal.
Además, al tratarse de un anestésico disociativo, su consumo puede causar vocalizaciones involuntarias y percepciones distorsionadas.
Venta legal, pero consumo ilegal
Una de las mayores confusiones entre los jóvenes que consumen óxido nitroso reside en su marco legal. Su venta está permitida para usos médicos o industriales (como en la repostería), pero su uso con fines recreativos es ilegal en muchas comunidades autónomas.
Quienes consumen o venden el llamado "gas de la risa" suelen pensar que no están cometiendo ninguna ilegalidad, ya que el producto se vende legalmente al público. Sin embargo, aunque su compra es legal cuando se destina a usos médicos o de repostería, su venta para consumo recreativo en la calle se considera un delito contra la salud pública. Además, si se vende a menores, se incurre en una infracción grave según la Ley de Drogodependencias de la Comunidad de Madrid.
Casos recientes en España
El auge del gas de la risa no es solo una tendencia extranjera. En España, ya se han registrado casos preocupantes. El pasado 22 de mayo, el futbolista del Olympiacos, Diby Keita, fue detenido por su presunta implicación en la venta ilegal de óxido nitroso a menores en la discoteca Oh My Club de Madrid.
Más recientemente, el 13 de junio, la Guardia Civil de Asturias incautó 2,66 kilos de óxido nitroso a cuatro menores de edad en Muros de Nalón, durante las fiestas patronales. Los jóvenes, vecinos de Oviedo, transportaban 222 dosis en un taxi, junto con globos y boquillas para su consumo. El material había sido adquirido a través de una plataforma de venta online.
El bajo coste del óxido nitroso —entre 5 y 10 euros por dosis—, unido a su facilidad de adquisición, especialmente en internet, ha contribuido a su expansión. Su popularidad entre adolescentes y jóvenes se ve alimentada por la falsa creencia de que no es dañino, algo que contrasta con los numerosos informes médicos y policiales que alertan de sus riesgos. En comunidades como Asturias, su venta para fines recreativos está prohibida desde 2015.



