
La Policía de Texas ha detenido a Destiny Campos, de 21 años, y Jeremy Fancher, de 38 años, por el fallecimiento de su bebé de 4 meses, al que metieron en el cajón de una cómoda de la habitación del hotel en el que se alojaban para no escuchar sus lloros. La pareja, que vivía desde hacía tiempo en el Days Inn & Suites de Mission Bend (en el Condado de Harris), ha sido acusada de asesinato un año después de los hechos.
Inicialmente, a los padres de la menor le atribuyeron un delito de lesiones. Los servicios de emergencia recibieron una llamada —alertando del hallazgo de la bebé en el interior de un cajón— el 26 de mayo de 2024. Cuando los sanitarios llegaron a la habitación de la familia de la pequeña ya no pudieron hacer nada para salvarle la vida. Brookelynn Fancher, de apenas cuatro meses de edad, estaba inconsciente y murió poco después.
Arrest update for 2024 case involving an infant:
Horrific details. I'm glad our team has remained relentless and sought justice for this precious infant.
on Sunday, 5/26/24, @HCSOTexas deputies responded to a child death at a motel located at the 7100 blk of Rancho Mission… pic.twitter.com/m0PudF01fB
— Ed Gonzalez (@SheriffEd_HCSO) June 21, 2025
Tras la investigación de las Unidades de Homicidios y CSI de la Oficina del Sheriff del Condado de Hillsborough, se han aceptado los cargos de asesinato para ambos. "Me alegra que nuestro equipo haya permanecido implacable y haya buscado justicia para este precioso bebé", ha señalado el jefe de policía Ed González a través de su cuenta en la red social X. Asimismo, ha agradecido y felicitado por su trabajo a todos los miembros de la agencia que han colaborado en la investigación.
¿Qué pasó?
Según documentos judiciales, los padres de la niña llevaban alrededor de un año viviendo en el mencionado hotel. En los últimos tiempos, con su bebé y su hermano mayor (que el momento de los hechos tenía 18 meses). Campos —la madre— declaró a los detectives que Fancher —el padre— tenía la costumbre de meter a la bebé en el cajón, porque su llanto le molestaba.
A veces, relató la mujer, incluso colocaba toallas alrededor de los bordes para sellarlo y evitar que la pequeña pudiera abrirlo de una patada. El día que murió Brookelynn, ella —asegura— le pidió a su pareja que cuidara de los niños mientras dormía. Pero, cuando despertó horas después, se encontró con que Fancher no estaba y el bebé habían desaparecido.
Supuestamente, cuando él vuelve a la habitación y lo hace sin la pequeña es cuando se dirigen al cajón y descubren que no respira. Una empleada del hotel declaró que había encontrado en varias ocasiones a la pequeña en esa situación—encerrada en la cómoda, a veces rodeada de mantas o toallas— y que había avisado a la gerencia del establecimiento.

