Un piloto británico mata a su amante tras una noche de sexo y drogas: "Pensó que lo grababan para un espectáculo"
El piloto Aaron Rainbow, de 50 años, alega que actuó en defensa propia y su familia denuncia que se destruyeron pruebas clave del caso.
Un piloto de helicóptero británico, Aaron Rainbow, de 50 años, afronta un juicio que está a punto de comenzar en Barcelona acusado de asesinar a un hombre durante un encuentro sexual en Vallgorguina (Barcelona). La Fiscalía solicita para él una condena de 20 años de prisión por el apuñalamiento mortal de Óscar Tornero Rovira, de 38 años, en un suceso que su propia familia describe como "una trama digna de una serie de Netflix".
Según el escrito de acusación, Rainbow viajó expresamente a Cataluña en febrero de 2023 para una noche de sexo y drogas con la víctima, a la que conocía desde hacía seis años tras coincidir en internet. La velada se desarrolló en la vivienda rural de Rovira, donde, de acuerdo con la Fiscalía, ambos consumieron un cóctel de estupefacientes que incluía GHB —la llamada "droga de sumisión química"—, cocaína, metanfetamina, anfetamina y MDMA. En torno a las tres de la madrugada, el acusado se dirigió a la cocina, tomó un cuchillo y apuñaló a su acompañante hasta seis veces. Rovira intentó huir, saltó desde la terraza hacia la calle y logró dar unos pasos, pero se desplomó a los pocos segundos por la gravedad de las heridas. Cuando la policía llegó al lugar encontró al piloto en estado de confusión y tuvo que disparar al aire para reducirlo. Rainbow confesó de inmediato la agresión, aunque insistió en que lo había hecho para salvar su vida.
La defensa del acusado
La familia del acusado sostiene que actuó movido por el pánico y que reaccionó bajo un instinto de supervivencia. Su hermano Dan, con quien creció en Weybridge (Surrey), relató al Daily Mail que "tras su arresto, Aaron dijo que lo habían drogado, y que era consciente de que había gente mirando online a través de cámaras y temió por su vida. Quería salir de allí porque tenía un mal presentimiento. Cogió el cuchillo en defensa propia y fue entonces cuando apuñaló mortalmente al hombre con el que estaba en la casa. Realmente es como algo sacado de una serie de Netflix, pero esto es la vida real". Explicó además que "lo que le hizo pensar que había gente mirando fue que Óscar empezó a hacer señales de mano a la cámara y pensó: ‘mierda – alguien está mirando, necesito salir de aquí rápido’. El tipo corrió hacia la puerta, mi hermano pensó que iba a dejar entrar a otras personas en la casa, así que cogió un cuchillo, comenzó la pelea y terminó apuñalándolo de muerte. Pero decimos que lo pusieron en una situación de miedo, y simplemente reaccionó con el instinto de lucha o huida".
La polémica del router
El núcleo de la controversia está en un router que se encontraba en la vivienda y que, según la familia, fue retirado al día siguiente por un amigo del fallecido y devuelto con los componentes internos dañados, lo que imposibilitó recuperar los registros de conexión. "El punto principal es que no están analizando pruebas serias y lo más destacable es el router que fue retirado de la escena del crimen al día siguiente por un amigo del fallecido. Creemos que había gente conectada a ese router en ese momento, pero ha sido saboteado profesionalmente y los datos no se pueden extraer, y a la fiscalía parece no preocuparle", denunció Dan Rainbow. Añadió que "pensamos que al menos dos personas más estaban cerca de la casa y conectadas al router la noche en que ocurrió todo esto, y eso es fundamental para la defensa legítima de Aaron. Creemos que aquello era un estudio secreto de sexo y que Aaron fue engañado para ir allí, drogado, con la intención de que lo que pasara fuera grabado y visto por otras personas, sin saber qué ocurriría al final. Mi hermano cree que fue víctima de un espectáculo en vivo y dice que esa noche escuchó respiraciones fuertes desde algún lugar de la habitación a través de una cámara, y realmente temió por su vida".
La batalla en los tribunales
El abogado de Rainbow, Pedro Javier Gómez Martínez, insiste en que "si estamos ante un delirio inducido por drogas o una situación real es algo que solo el router destruido puede aclarar. Pero hasta ahora no se ha investigado nada, pese a múltiples solicitudes, y sospechamos que se ha destruido evidencia que podría demostrar su inocencia en el caso". La Fiscalía, por su parte, mantiene que Rainbow atacó de manera imprevista "en la tranquilidad de su hogar y en el contexto de relaciones íntimas que mantenía con el agresor" y asegura que las cámaras halladas en la vivienda eran simples dispositivos de seguridad que aquella noche estaban apagados.
El hermano del acusado subrayó además que "ni siquiera sabía que mi hermano era gay hasta que pasó todo esto. Está en prisión y le han arrebatado la vida, tiene una vida y una carrera a las que volver. Él y la familia solo esperan que el sistema judicial actúe, y teníamos la esperanza de que lo hiciera, pero ahora está claro que no tienen intención de hacerlo. Nos hace pensar si había algo más detrás, a un nivel más alto. Si mi hermano no hubiera hecho lo que hizo, ¿cómo sabemos que habría salido vivo esa noche? Hay más de lo que parece. Aaron es una persona amable y tranquila, un profesional muy respetado y sin antecedentes de comportamiento violento ni antecedentes penales. Sus acciones esa noche se debieron al miedo extremo y, en nuestra opinión, a la defensa propia; sin embargo, el sistema legal ha decidido no investigar a fondo la verdad".
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