
El Gobierno Valenciano ha puesto en marcha el protocolo de inspecciones en las playas del sur de Valencia ante la aparición de pélets. Lo ha hecho sin generar ninguna polémica extra. Lo ha hecho tras hablar con el Gobierno central y sin que el Ejecutivo de Pedro Sánchez use el tema para generar polémica. ¿Por qué? Por un motivo obvio: en la Comunidad Valenciana no hay elecciones.
El Ayuntamiento y la Consejería han mantenido ya reuniones después de abrir el expediente por un agente medioambiental tras el aviso de los pescadores. Es decir, con una radiografía muy parecida a la de Galicia salvo por, por el momento, el volumen de plásticos aparecidos en la playa.
Técnicos del Ayuntamiento de Valencia y de la Consejería de Medio Ambiente han programado ya, de hecho, las visitas a la playas del sur de la ciudad para supervisar la retirada de los pélets. Pero lo que no ha habido ha sido ni polémica por parte del Gobierno central. Y es que en la Comunidad Valenciana, en estos instantes, no hay retos electorales.
Mientras, en Galicia, con elecciones, la Unidad Especializada en Medio Ambiente de la Fiscalía General del Estado ha abierto diligencias de investigación sobre el vertido de pélets en las costas y, en este sentido, precisan que esta unidad ya abrió expediente de seguimiento de la situación el día 4 de enero.
Y, también con respecto al vertido en las costas gallegas, se ha sabido que Portugal avisó a las autoridades españolas de que el buque Toconao había perdido parte de su carga el 8 de diciembre, el mismo día que ocurrió el vertido de pélets. La alerta, de hecho, fue enviada por la Dirección General de Recursos Naturales, Seguridad y Servicios Marítimos de Portugal (DGRM) a la Dirección General de Marina Mercante (DGMM) española a través de un mecanismo automático que existe a nivel europeo.
La noticia del aviso contradice, así, lo sostenido por el Gobierno, que señala que no tuvo noticias del vertido hasta el 13 de diciembre. Desde Galicia, además, se viene denunciando que no hubo información desde el Gobierno central.
El relato exacto en la Comunidad Valenciana está por investigar. Y nada ha dicho el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Pero lo cierto es que el Gobierno central, con Óscar Puente a la cabeza, se ha volcado en cargar contra el Gobierno de Galicia —en manos del PP— en pleno proceso electoral. Así, se sabe ya que el buque Toconao perdió parte de su carga el 8 de diciembre a 40 millas náuticas de la costa portuguesa, a la altura de Viana do Castelo, un municipio a unos 20 kilómetros de la frontera con Galicia, tal y como ha confirmado la Marina Portuguesa.
El navío, con bandera de Liberia, vertió al mar 26,3 toneladas de pélets de plástico, además de otros contenedores que llevaban pasta de tomate, neumáticos, barras de aluminio y rollos de papel film.
Las autoridades lusas emitieron un aviso a la navegación y el capitán del puerto de Viana do Castelo envió una embarcación salvavidas para ver si veían los contenedores, sin éxito.
Los pélets —pequeñas bolas de plástico blancas— empezaron a llegar días después a las costas de la región española de Galicia, donde se detectaron por primera vez en la playa de Ribeira el 13 de diciembre.
La competencia de limpieza, una vez llegado el vertido a las playas, es de la autonomía. Y, justo en ese momento, es cuando el Gobierno asume tener noticia de los pellets, como si hubiesen llegado a la playa sin pasar por el mar —que es competencia del Gobierno central—.



