Más de cinco meses después de la Dana que azotó Valencia, los vecinos de Utiel siguen esperando algo más que promesas por parte del Gobierno central. Con parte de la línea ferroviaria C3 de Cercanías inutilizada por la riada —y su restablecimiento completo previsto para dentro de un año—, el transporte alternativo en autobús que ha ofrecido el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible de Óscar Puente se ha convertido en una fuente constante de frustración. "Estamos vendidos", resumen con resignación los utielanos.
La conexión entre Utiel y Valencia, que antes del temporal se realizaba en unas dos horas en tren con paradas en localidades también afectadas como Chiva, Aldaia o Requena, ha pasado a depender de un servicio de autobuses gestionado por la empresa Monbus y adjudicado por Renfe. Una solución provisional que, lejos de aliviar el problema, ha agravado la sensación de "abandono" entre los usuarios, según recoge Servimedia de los testimonios de varios vecinos. Retrasos, cancelaciones sin aviso, conductores desorientados y averías mecánicas son parte del día a día de un servicio que, pese a ser gratuito, no compensa para quienes sí lo necesitan.
"Cuando no aparece un autobús llamas a Renfe y, si consigues que te atiendan, te dicen que no saben nada, que no tienen forma de contactar con la empresa de autobuses", explica José, uno de los usuarios habituales. Su experiencia no es un caso aislado: tal y como verificó la agencia in situ, el pasado domingo, por ejemplo, el primer autobús del día, programado para las 7:00, no apareció, y el siguiente, previsto a las 9:20, llegó con casi una hora de retraso.
Falta de planificación
Pero los problemas no terminan ahí. Al inicio del servicio, Adif desplegó personal en las paradas para informar a los viajeros. Hoy, esa ayuda ha desaparecido, y los vecinos aseguran estar completamente desatendidos. La falta de planificación se evidencia también en la asignación de conductores: muchos provienen de fuera de la Comunidad Valenciana y no conocen el trazado. Algunos, en pleno mes de abril siguen recurriendo al GPS o incluso piden ayuda a los propios pasajeros para no perderse.
Antonio, otro usuario, lo resume así: "El problema es que, más de cinco meses después, esto sigue sucediendo en ocasiones, con la inseguridad que ello nos genera para poder tener una garantía mínima de que vamos a llegar a nuestra hora al destino", denuncia. Una vecina recuerda haber tenido que indicar personalmente las paradas en Aldaia y Chiva.
"Cada viaje es una aventura"
Las condiciones de los autobuses también suscitan críticas. Averías, cristales rotos, motores recalentados y traslados de emergencia por parte de la Guardia Civil son algunos de los episodios relatados por los viajeros. "Aquí cada viaje es una aventura", sentencia una usuaria. Y aunque el servicio no tiene coste, para muchos la gratuidad no compensa los perjuicios.
"Entre quedarme aislado y pagar, preferiría pagar, igual que pasaba con el tren, porque al menos sabía que llegaba a mi hora", lamenta José. "Y yo, mira que me quejaba del servicio de cercanías en tren. Pero ahora lo añoro. Ojalá volver a eso pronto o al menos que los autobuses funcionen", apunta otro vecino.
Por su parte, el alcalde de Utiel, Ricardo Gabaldón, ha denunciado que "el servicio de autobús no está dando cobertura". "Llega tarde, cambia de hora sin aviso o directamente no llega. Es muy deficiente", añade para Servimedia. Recuerda, además, que el tren ya era deficitario, pero al menos era un transporte fiable. "Esto tiene un margen de mejora demasiado grande", concluye.
Renfe se defiende
Desde Renfe, sin embargo, defienden el dispositivo. Aseguran que hay 21 servicios diarios entre Valencia y Utiel, y atribuyen las incidencias a "situaciones puntuales y excepcionales", como enfermedades del personal, averías técnicas o problemas de tráfico. Además, insisten en que han habilitado un número de atención al cliente para los usuarios del servicio por carretera.
Mientras tanto, los vecinos de Utiel cuentan con un servicio de autobús regular hacia Valencia gestionado por la Generalitat Valenciana —que según dicen sí suele funcionar bien—, aunque su escasa frecuencia, sobre todo los fines de semana, lo convierte en una opción limitada. "Estaría muy bien" que aumentaran las frecuencias, reclaman, conscientes de que la recuperación del tren es aún un horizonte lejano.