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EDITORIAL

Millonarias, socialistas... y victimistas

Leire Pajín va a recibir el dinero que por ley le pertenece, pero en el sueldo va incluido el soportar las críticas de una ciudadanía que contempla atónita el mullido tren de vida de quienes se autotitulan defensores de los más desfavorecidos.

Es difícil decidir qué causa más rubor ajeno, si la imagen repetida de unas millonarias rodeadas de cientos de parásitos subvencionados cantándole a los parias de la tierra, o sus esfuerzos por disimular los exorbitados emolumentos que perciben del bolsillo de todos los españoles en medio de la mayor crisis económica conocida en muchas generaciones.

Tras la patética actuación de la vicepresidenta económica del Gobierno, acusando de machismo a Rajoy como principal argumento para defender su desastrosa participación en el debate de los Presupuestos Generales del Estado, ahora le toca el turno a Leire Pajín, que no ha tenido ningún reparo en esgrimir su condición de mujer como parapeto para justificar su espectacular sueldo.

Dice la hija de la famosa tránsfuga de Benidorm que al anterior secretario de Organización del PSOE no le preguntaban por sus emolumentos. Tal vez sea porque José Blanco no acumulaba tres salarios abultados, como va a hacer la señorita Pajín en el instante en que el parlamento valenciano cubra los trámites para nombrarla senadora, porque en cuanto a incompetencia y sectarismo ambos están a la par.

A Pajín hija se la critica muy merecidamente por acumular varios sueldos públicos sin otro mérito conocido que el haber sido colocada a dedo por Zapatero, primero en el Gobierno de la nación y más tarde en la secretaría de Organización del PSOE, y no por ser mujer, que a efectos del contribuyente que ha de sufragar tal dispendio es una circunstancia en nada relevante.

Por otra parte, los argumentos de las Salgados y Pajines son un insulto a los varios millones de mujeres trabajadoras que luchan a diario por sacar a sus familias adelante en un contexto de escasez de puestos de trabajo, provocado precisamente por la política económica que tanto aplauden estas millonarias dedicadas a acusar de machismo a quienes les ponen enfrente de sus contradicciones. Las jóvenes españolas, tan preparadas como Pajín y con más experiencia laboral que la secretaria de Organización del PSOE –inédita en este terreno–, no merecen que se las menosprecie utilizándolas como excusa para denunciar una campaña machista que sólo ven las millonarias de cuota y sus colegas del Gobierno y grupo parlamentario socialista.

Leire Pajín va a recibir el dinero que por ley le pertenece, pero en el sueldo va incluido el soportar las críticas de una ciudadanía que contempla atónita el mullido tren de vida de quienes se autotitulan defensores de los más desfavorecidos mientras se blindan ante las críticas con el manido expediente del feminismo radical más trasnochado.

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