
La Premier League busca sus raíces en jugadores de hace dos décadas. En tiempos en los que no se tiene muy claro lo que uno quiere, Manchester United y Arsenal no han dudado a la hora de rescatar a dos viejos mitos para darle identidad a dos equipos que parecen menos de lo que en su día fueron.
Paul Scholes, tras casi un año retirado, reapareció el pasado domingo en el equipo de Sir Alex Ferguson, que ganó al City el derbi en el Etihad Stadium (2-3) para alcanzar la cuarta ronda de la Copa inglesa. El centrocampista inglés se había estado entrenando con el equipo reserva para no perder la forma, pero más como hobby que como una pretensión real de volver a los terrenos de juego.
Y si extraño es el caso de Scholes, no lo es menos el de Thierry Henry. El exjugador del Barcelona vuelve a la tierra en la que creció hasta el estrellato tras un breve paso por la Juventus. El francés es un símbolo de los gunners, teniendo hasta una estatua en su honor. El Arsenal necesita un nueve, un delantero puro que también sepa caer a las bandas, y ha puesto sus miras en la estrella de los Red Bull de Nueva York.
El marroquí Marouane Chamakh y el marfileño Gervinho, que tienen que irse un mes a jugar la Copa de África, han forzado el detonante del regreso de Henry, que vuelve con 34 años al lugar donde triunfo y que fue su casa desde 1999 hasta 2007.