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La memoria selectiva del Barça: el plante en la Copa y el cochinillo

El indulto de Ángel Villar a José Mourinho reabre los enfrentamientos entre Barcelona y Real Madrid a poco más de un mes de la Supercopa.

Las relaciones entre Real Madrid y Barça vuelven a ser tormentosas a poco más de un mes del clásico que ambos equipos disputarán en el Camp Nou, con motivo de la ida de la Supercopa de España. Esta vez a cuenta del indulto de la Federación Española de Fútbol (RFEF) a José Mourinho, a quien se ha levantado la sanción de dos partidos por el episodio del dedo en el ojo a Tito Vilanova durante la vuelta de la pasada Supercopa. Además de a Mou, las medidas de gracia anunciadas por Ángel María Villar afectan también al hoy primer entrenador barcelonista, que fue castigado con un partido por responder con una colleja al portugués.

Así, las sanciones que los comités impusieron en su día impedían que Mou y Vilanova se vieran las caras durante la próxima Supercopa, que se disputará los días 23 y 30 de agosto. Sin embargo, después del indulto ambos entrenadores podrán estar en el banquillo y dirigir a sus equipos como si nada hubiera ocurrido.

El perdón a Mourinho, confirmado este martes durante la Asamblea General de la RFEF, se llevaba rumoreando desde hace semanas. Un asunto que, como cabía esperar, ha levantado ampollas en el seno culé y al que ya se había referido hace unas semanas el presidente del club, Sandro Rosell. "No estamos de acuerdo con que quede sin castigo una agresión a nuestro entrenador. Hablaremos con quien corresponda para ver qué medidas se pueden tomar", dijo el dirigente el pasado 26 de junio, apuntando incluso la posibilidad de acudir a los tribunales.

Dos semanas después, una vez confirmado el indulto a Mou, el Barça seguía en su línea. "Esto no convierte en inocente al agresor, sino que en todo caso le concede la conciencia de que pueda seguir agrediendo impunemente. Entendemos que es un mal ejemplo del fútbol español que una agresión como la que hubo quede sin castigo", dijo este martes el portavoz de la entidad azulgrana, Toni Freixa.

Sin embargo, Villar se defiende de las críticas asegurando que se trata de una decisión "nada interesada ni sesgada". "Las medidas afectan y han afectado a cientos de personas, jugadores y entrenadores, no son sectarias y está fuera de lugar extraer conclusiones confusas o interesadas", apuntó el máximo dirigente del fútbol español.

Quien también quiso recoger el guante lanzado por el Barcelona fue el director de relaciones institucionales del Real Madrid, Emilio Butragueño, afirmando que su club "respeta" la decisión de Ángel Villar, igual que hizo en el pasado cuando hubo otros indultos en los que "el protagonista" fue la entidad culé. "No vamos a recordar sucesos", dijo Butragueño para tratar de por "cerrado" el asunto. Pero nada más lejos de la realidad.

El plante a la Copa

El directivo madridista se refería a dos fechas concretas: el 24 de abril de 2000 y el 23 de noviembre de 2002.

Hace doce años, el Barça, entonces entrenado por Louis van Gaal y con Pep Guardiola como capitán, se negó a jugar el partido de vuelta de semifinales de la Copa del Rey ante el Atlético de Madrid por tener disponibles a sólo diez jugadores debido a los compromisos internacionales de la selecciones –hasta seis convocados con Holanda– y a las distintas lesiones. Fue, sin lugar a dudas, uno de los mayores bochornos que se recuerdan en la historia del fútbol español.

Aunque ambos saltaron al césped del Camp Nou, el partido nunca se llegó a disputar. Fue un paripé en toda regla. Ni siquiera llegó a sonar el himno del equipo azulgrana (Cant del Barça), como es habitual, y a continuación Guardiola se dirigió al árbitro Manuel Díaz Vega y a Santi Denia, capitán de los rojiblancos, para comunicarles la negativa de los culés a jugar ese encuentro de vuelta de semifinales.

La Federación Española de Fútbol (RFEF) tomó cartas en el asunto y dio por perdida la eliminatoria al Barcelona, que ya había perdido por 3-0 en la ida disputada en el estadio Vicente Calderón, y lo apartó de la Copa para esa y la próxima temporada. Pero unos meses después, en julio, el organismo presidido por Villar indultó a la entidad culé y la repescó para el torneo del siguiente año con la excusa de tratarse del 25 aniversario de la Copa del Rey en su actual formato.

El cochinillo

Dos años y medio después se vivió otro lamentable espectáculo en el coliseo azulgrana, durante un clásico liguero entre Barça y Real Madrid. Era la primera vez que Luis Figo pisaba el Camp Nou después de traicionar a la afición culé y unirse al nuevo proyecto madridista de Florentino Pérez.

Se esperaba un ambiente tenso, quizá el peor recibimiento en la historia para un futbolista, con pancartas de todo tipo llamándole "Judas". Pero la cosa terminó por descontrolarse. Cuando el portugués se dirigía a sacar de esquina, una lluvia de objetos impedía que se acercara al córner. El árbitro Medina Cantalejo decidió suspender momentáneamente el partido, mientras las cámaras recogían, entre otras cosas, una botella de whisky J&B y una cabeza de cochinillo.

El 10 de diciembre de 2002, el Comité de Competición sancionó al Barcelona con la clausura del estadio durante dos partidos, pero el indulto posterior de la Federación hizo que el castigo se quedara en una simple multa de 4.000 euros.

El mecherazo a Roberto Carlos

Echando la vista todavía más hacia atrás (1997), y también en el Camp Nou, se produjo el mecherazo a Roberto Carlos que le hizo una brecha en la cabeza durante la ida de la Supercopa y por el que el Barcelona no recibió ni multa ni sanción.

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