L D (EFE) El esquiador noruego ratificó su magnífico momento de forma con una nueva exhibición y un triunfo por delante de su principal rival por la Bola de Cristal de la general absoluta, el austríaco Benjamín Raich.
Este último hizo una magnífica bajada, más teniendo en cuenta que es un especialista en las pruebas técnicas. Raich sabía que se la tenía que jugar para no ceder demasiado terreno y su esfuerzo se vio recompensado con el segundo puesto, a trece centésimas, que le mantiene como líder de la general de la Copa del Mundo con tres puntos de ventaja sobre su rival, quien admitió lo complicado que le será acabar en cabeza.
El canadiense Erik Guay fue tercero en el supergigante con 1:18.29 y Miller, que ya fue ganador de la general de esta especialidad en 2005, se hizo con el título al concluir en la cuarta posición con un crono de 1:18.33, empatado con Marco Büchel. El estadounidense, quien reconoció que no era normal ganar la general con tan pocos puntos, fundamentó su triunfo en la general en sus victorias en los supergigantes de Val Gardena (Italia) y Hinterstoder (Austria), ambas en diciembre.
Sin embargo, Miller no podrá aspirar al título de la general porque pese a cumplir en descenso –con triunfos en Beaver Creek y Wengen– sus problemas en el eslalon le han dejado apartado de la lucha con Svindal y Raich. La prueba también sirvió para homenajear al austríaco Fritz Strobl, campeón olímpico de descenso en 2002, quien ponía fin a su carrera con una bajada muy emotiva en la que recibió el cariño de todos los allí presentes.