Tsonga consigue el último billete para Shanghai
El francés Jo-Wilfried Tsonga se ha proclamado vencedor del torneo de París-Bercy, último de los Masters Series de la temporada, al derrotar en la final al argentino David Nalbandian, defensor del título, por 6-3, 4-6 y 6-4. De paso, De rebote, el jugador galo, se ha hecho con una plaza para la Copa Máster de Shangai a la que también optaba el tenista argentino.
A Nalbandián este año le salió un rival a su medida que le ha privado de convertirse en el primer tenista en ganar dos ediciones consecutivas de Bercy. Como el cordobés, Tsonga ha jugado poco esta temporada, víctima de lesiones tras haber alcanzado a principios de año la final del Abierto de Australia, dejando en el camino, entre otros, al español Rafael Nadal. Por eso, ha llegado con la frescura necesaria para superar a rivales superiores. El primer golpe de efecto lo dio contra Novak Djokovic, su verdugo en Melbourne. Luego acabó con el equipo estadounidense de Copa Davis, primero con Andy Roddick y después con James Blake.
Con un juego basado en su servicio, casi siempre por encima de los 205 kilómetros por hora, y el apoyo de un público que soñaba con el triunfo de un local, el jugador de origen congolés de 23 años alcanzó su primera final de un Másters Series. Y no estaba dispuesto a pasar de largo. Más fácil apareció el camino de Nalbandian, que cedió un sólo set, en semifinales contra el ruso Nikolay Davydenko antes de comparecer en la final en un Bercy, que empezaba a ser su casa.
Pero Tsonga había dictado orden de desalojo para convertir el omnisport en su nueva casa. Con ese fin ha saltado a la pista que, nada más poner el pie, le aclamó como su nuevo héroe. En ocho minutos había ganado tres juegos y roto el servicio de Nalbandian. Sus primeros saques eran un martillo destructivo que apenas dejaba espacio al juego del cordobés. Con ellos ha conquistado el 94 por ciento de los puntos del primer servicio. El argentino apenas tuvo una ocasión de robar el saque, pero el público acudió a su rescate con gritos de "Tsonga, Tsonga" cuando el francés estaba contra las cuerdas.
Nalbandian parecía no encontrar antídoto para el juego del francés. La única medicina era aguardar a que bajara el porcentaje de primeros servicios. Eso sucedió en el segundo parcial, donde el argentino tuvo sus ocasiones. En el octavo juego disfrutó de un 0-40 a favor, pero Tsonga recuperó su eficacia en el servicio y, con el aliento del público, sacó el juego adelante.
A la siguiente ocasión el cordobés ha sido más expeditivo. Ha dispuesto de un 0-40 para adjudicarse el set y lo remató a la primera. El francés ha recuperado la fortaleza de su servicio y de nuevo ha roto el saque del argentino en el tercer juego. Toda una espada de Damócles sobre el defensor del título y una inyección de moral para un público que reavivó sus gritos a favor del galo.
Cada vez que el argentino ha tenido ocasión de recuperar el servicio (30-40 en el sexto juego) el saque de Tsonga se convertía en una tabla de salvación. En el décimo el francés sacaba para ganar. Nalbandian debía romperle el saque. Dispuso de un 0-40. Dos buenos segundos servicios del francés y un punto directo de saque le han sacado del pozo. El cordobés ha dejado en la red el punto definitivo. El reloj marcaba dos horas en punto de juego.
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