Todo comenzaba cuando Vladislaz Piskun se encontraba con un conocido en un semáforo. Después de decidir echar una carrera por la ciudad, Piskun realizaba un adelantamiento en sentido contrario perdiendo el control de su coche.
El vehículo invadía la acera y, tras chocar con un poste y rebotar contra la pared, atropellaba a una mujer embarazada y a sus dos hijas, de cinco y dos años. La mujer ha muerto en el hospital mientras que el jugador únicamente tiene una tibia fracturada y una conmoción cerebral.
El defensa del Sebastopol, que no conducía borracho, ha reconocido su culpa tras el accidente. Las autoridades locales han tenido que sacarle del lugar ya que la muchedumbre estaba dispuesta a lincharle. Piskun, actualmente suplente por una lesión, permanece detenido.