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Van Nistelrooy y Tamudo dan media Liga al Real Madrid en un solo minuto

El Real Madrid ya sólo tendrá que ganar al Mallorca en el último partido en casa para ser campeón. En el mismo minuto, Van Nistelrooy empató el partido de La Romareda a la vez que Tamudo igualó los dos tantos de Messi en Barcelona -el primero de ellos, con la mano-. El Sevilla dice casi adiós al título tras empatar a cero en Mallorca. El Villarreal coge la plaza de UEFA del Atlético, que hizo el ridículo ante un Celta que ve posible la salvación.


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El Real Madrid ya sólo tendrá que ganar al Mallorca en el último partido en casa para ser campeón. En el mismo minuto, Van Nistelrooy empató el partido de La Romareda a la vez que Tamudo igualó los dos tantos de Messi en Barcelona -el primero de ellos, con la mano-. El Sevilla dice casi adiós al título tras empatar a cero en Mallorca. El Villarreal coge la plaza de UEFA del Atlético, que hizo el ridículo ante un Celta que ve posible la salvación.
(Libertad Digital) Todo queda visto para sentencia. El domingo 17, a partir de las 21:00, la Liga decidirá a un nuevo campeón. El Real Madrid lo tiene en su mano, aunque durante muchos minutos la mano de Messi se lo había dado todo al Barcelona. Poco o nada parece poder, ahora mismo, con la casta y la raza que demuestra el Real Madrid en sus partidos. La inquebrantable fe en sus posibilidades, aparecida de la nada tras el empate contra el Barcelona en la jornada 26, pone a sus pies su trigésimo título de Liga. El Mallorca será testigo o verdugo de un Ramón Calderón que, ni corto ni perezoso, dio una vuelta de honor en La Romareda viéndose ya campeón.
 
No comenzaron bien las cosas para los blancos, a pesar de que Tamudo, a la media hora de juego, puso al Espanyol por delante ante el Barcelona. Diego Milito, en el 32, batió a Casillas. Mientras en Barcelona todo iba viento en popa para los blancos, éstos se dejaban la Liga en Zaragoza. La gran polémica del año, ahora mitigada, llegaría con el empate de Leo Messi para los azulgrana. Una vez emulado a Maradona el gol de la historia, le tocaba imitar la famosa mano de Dios para igualar ante los periquitos y acercar el título a la Ciudad Condal por tercer año consecutivo.
 
Habían transcurrido ya 45 minutos en los que el Atlético empataba con el Celta y veía de lejos Europa porque el Villarreal le había dado la vuelta al marcador en su encuentro ante el Athletic. Los gallegos, por su parte, se acercaban a la salvación, aunque después se concluiría que no van a depender de ellos para salvarse. La Real Sociedad estaba -y está- prácticamente en Segunda pues no pasaba -ni pasó- de un empate sin goles ante el Racing. El Levante, por su parte, humillaba -y humilló- a un Valencia que acabaría con ocho y el Osasuna hacía lo mismo con el Betis en el Ruiz de Lopera. Este partido finalizó con escándalo en el marcador –0-5 a favor de los rojillos- y en la grada –algunos violentos arrancaron asientos-. Los verdiblancos ven todavía posible el descenso.
 
Pero la ‘pomada’ seguía en Zaragoza, Barcelona y Mallorca. La sincronía era absoluta en los dos primeros campos. En el minuto 56, Messi marcaba otra vez para reforzar el liderato del Barcelona y hacía inútil el empate de Van Nistelrooy en La Romareda. El Real Madrid era un quiero y no puedo. Tenía más ocasiones de gol, pero se topaba con un viejo conocido suyo: César Sánchez, inmenso en el declive de su carrera. El peor de los augurios se cumpliría cuando Diego Milito, tras una gran jugada de Pablo Aimar, volvía a adelantar a los maños. El hundimiento era absoluto en las caras de los jugadores y el jolgorio en la grada del Camp Nou -más pendientes de la radio que de lo que hacía su equipo- parecía ya definitivo.
 
Pero, otra vez, en un mismo minuto, el 88, las cosas iban a cambiar de manera definitiva. A la vez que los transistores daban la noticia del segundo gol de Van Nistelrooy en Zaragoza, Tamudo puso el empate en el Camp Nou. El silencio en la grada barcelonista fue sepulcral, todo lo contrario que en Zaragoza, donde las gargantas madridistas ensordecieron a las mañas.
 
En la isla, el Sevilla tiró la Liga por la borda. Un solo gol lo hubiera igualado con Real Madrid y Barcelona en la cabeza de la tabla pero las lesiones y la expulsión de Dragutinovic lo lastraron en exceso. Acabó con Palop buscando otro gol de cabeza, como en la Copa de la UEFA, pero los milagros sólo obran una vez. El Atlético, por su parte, perdió su puesto europeo en beneficio del Villarreal. Al final, los dos goles de Maxi -un héroe que llegó tarde al desenlace liguero- no estuvieron acompañados por un tercero que enjugase los logrados por Baiano -dos- y Yago.

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