L D (EFE) Pérez de Bricio destacó que el resultado neto de esta empresa al cierre del actual ejercicio será "bastante superior al de 2002", año que se cerró con un beneficio neto de 461 millones de euros, que supuso un incremento del 6 por ciento en relación al de 2001 y que en términos absolutos ha sido el mejor resultado en la historia de Cepsa. El ejercicio, cuyas cuentas se someterán este jueves a votación en la Junta de Accionistas, según Pérez de Bricio, se considera "neutro", debido a que el año pasado estuvo marcado por una bajada "estrepitosa" del margen de refino y porque el plan de inversiones no estaba todavía en fase de maduración y, por tanto, no ha habido cifras significativas.
Cepsa tiene previsto acometer este año inversiones por valor de 800 millones de euros, dentro de un plan de gasto para los próximos cuatro ejercicios de 2.400 millones de euros, según anunció el presidente de la petrolera. Precisamente, esa entrada en fase de maduración de las inversiones de Cepsa, para Pérez de Bricio, es la causa de que el año 2003 se presente con mucho optimismo. Un primer elemento de ese optimismo en estos cinco primeros meses expuesto por Pérez de Bricio es el equilibrio en los resultados entre la distintas áreas de negocio de Cepsa. De este modo, sobre un beneficio bruto entre enero y mayo de 433 millones de euros, 150 millones se atribuyen a exploración y producción (el 34,6%), 188 millones a refino (43,4%), 90 millones a petroquímica (20,8%) y los cinco millones restantes se centran el área de electricidad.
Con su plan de inversiones para el periodo 2003-2007, Cepsa establece como prioridades la identificación y desarrollo de nuevos yacimientos, mejorar la capacidad, eficiencia y rentabilidad de las refinerías, incorporar a su proceso productivo tecnología avanzada, consolidar internacionalmente el área de petroquímica y potenciar la red comercial, entre otros. Como cuestión pendiente, el presidente de Cepsa citó el gaseoducto de Argelia o proyecto Medgaz, una iniciativa que desarrolla junto con la empresa pública argelina Sonatrach y con su socio principal Total (45% del accionariado de Cepsa) que tiene previsto enlazar el transporte de gas entre Orán y la costa oriental española. Pérez de Bricio reveló que este proyecto, aún en fase de estudio y pendiente de la creación de la sociedad explotadora, requerirá una inversión aproximada de 1.300 millones de dólares y puede empezar a ser operativo a finales de 2006. En la explotación de este gasoducto, que Pérez de Bricio consideró viable en lo técnico y en lo económico, de acuerdo con los primeros estudios está previsto que participen entre ocho y diez accionistas.
El presidente de Cepsa aludió también a nuevas áreas de negocio como la gasista, en la que apuntó que "habrá que llegar a alianzas y acuerdos que aún no nos hemos planteado porque nuestra situación no es muy fuerte" y en esta línea anunció que estarán presentes junto a Endesa en el proceso de gasificación de Canarias. Por el contrario, en el área de negocio de la electricidad apreció más dificultades, salvo en lo que no esté directamente relacionado con el gas, ya que "no es una de nuestras prioridades". A título personal, Pérez de Bricio apostó por una barril de petróleo en los mercados internacionales en torno a los 24 dólares por la fuerte presión de cártel que ejerce la OPEP, con lo que se desmarcó de algunas opiniones que sitúan este precio en el entorno de los 20 dólares. Pérez de Bricio anunció que se destinará un 40 por ciento del beneficio consolidado en 2002 a retribución para el accionista, lo que equivale al reparto de un dividendo de 0,69 euros por acción, un 15 por ciento superior al del ejercicio precedente.
Cepsa tiene previsto acometer este año inversiones por valor de 800 millones de euros, dentro de un plan de gasto para los próximos cuatro ejercicios de 2.400 millones de euros, según anunció el presidente de la petrolera. Precisamente, esa entrada en fase de maduración de las inversiones de Cepsa, para Pérez de Bricio, es la causa de que el año 2003 se presente con mucho optimismo. Un primer elemento de ese optimismo en estos cinco primeros meses expuesto por Pérez de Bricio es el equilibrio en los resultados entre la distintas áreas de negocio de Cepsa. De este modo, sobre un beneficio bruto entre enero y mayo de 433 millones de euros, 150 millones se atribuyen a exploración y producción (el 34,6%), 188 millones a refino (43,4%), 90 millones a petroquímica (20,8%) y los cinco millones restantes se centran el área de electricidad.
Con su plan de inversiones para el periodo 2003-2007, Cepsa establece como prioridades la identificación y desarrollo de nuevos yacimientos, mejorar la capacidad, eficiencia y rentabilidad de las refinerías, incorporar a su proceso productivo tecnología avanzada, consolidar internacionalmente el área de petroquímica y potenciar la red comercial, entre otros. Como cuestión pendiente, el presidente de Cepsa citó el gaseoducto de Argelia o proyecto Medgaz, una iniciativa que desarrolla junto con la empresa pública argelina Sonatrach y con su socio principal Total (45% del accionariado de Cepsa) que tiene previsto enlazar el transporte de gas entre Orán y la costa oriental española. Pérez de Bricio reveló que este proyecto, aún en fase de estudio y pendiente de la creación de la sociedad explotadora, requerirá una inversión aproximada de 1.300 millones de dólares y puede empezar a ser operativo a finales de 2006. En la explotación de este gasoducto, que Pérez de Bricio consideró viable en lo técnico y en lo económico, de acuerdo con los primeros estudios está previsto que participen entre ocho y diez accionistas.
El presidente de Cepsa aludió también a nuevas áreas de negocio como la gasista, en la que apuntó que "habrá que llegar a alianzas y acuerdos que aún no nos hemos planteado porque nuestra situación no es muy fuerte" y en esta línea anunció que estarán presentes junto a Endesa en el proceso de gasificación de Canarias. Por el contrario, en el área de negocio de la electricidad apreció más dificultades, salvo en lo que no esté directamente relacionado con el gas, ya que "no es una de nuestras prioridades". A título personal, Pérez de Bricio apostó por una barril de petróleo en los mercados internacionales en torno a los 24 dólares por la fuerte presión de cártel que ejerce la OPEP, con lo que se desmarcó de algunas opiniones que sitúan este precio en el entorno de los 20 dólares. Pérez de Bricio anunció que se destinará un 40 por ciento del beneficio consolidado en 2002 a retribución para el accionista, lo que equivale al reparto de un dividendo de 0,69 euros por acción, un 15 por ciento superior al del ejercicio precedente.