(Libertad Digital) La Asociación Madrileña de Empresa Familiar (AMEF), ha denunciado en el diario Expansión la situación en que puede quedar España, como único de los 25 países de la Unión Europea que mantiene el impuesto sobre el patrimonio. Desde 1994, "todos los países que han legislado en torno a esta figura lo han hecho para eliminar este impuesto". Los últimos han sido Finlandia y Luxemburgo, que han eliminado este impuesto en 2006, y Suecia, que lo eliminará definitivamente en 2007 por iniciativa del nuevo gobierno, de signo conservador.
Sólo quedan España y Francia, pero en el país vecino hay un debate al respecto, y todo apunta a que seguirán el camino del resto de Europa, ya que el Senado francés ha dado su respaldo a la eliminación de este impuesto, del que dice en su declaración que "constituye hoy en Europa una rareza que podemos catalogar de arcaísmo fiscal". El texto recuerda que "sus vecinos europeos ya están adoptando estas medidas y el principio de libertad de movimiento de capitales en el seno de la Unión es irrenunciable". Este impuesto castiga la inversión y produce lo que se llama deslocalización: los inversores prefieren acudir a otros sitios en los que no se les exige tal impuesto, y la declaración del senado francés concluye que "las deslocalizaciones de los patrimonios deben suscitar un debate que lleve a la supresión del Impuesto”.
El Estado tributa por la renta que generamos, por el consumo que hacemos, por el ahorro y por la inversión. Y con el impuesto sobre el patrimonio por el valor los activos que se mantienen. Por ello ha recibido críticas de varios sectores. La AMEF ha propuesto la eliminación del dicho impuesto "obsoleto y confiscatorio que nos coloca, en esta materia, como el país más anticuado de Europa". España es el país con un tipo más alto de Europa, del 2,5 por ciento, por el 1,8 de Francia que mantiene por el momento. Las comunidades más afectadas por este impuestos son Madrid y Cataluña, donde se recauda cerca de la mitad de la nación.