LD (EFE) La Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (FACONAUTO), no obstante, valora positivamente la ampliación de las condiciones para acogerse al VIVE, pero insiste en que su "principal escollo no es otro que el acceso a la financiación en un momento en el que bancos y cajas han cerrado el grifo de los créditos".
Faconauto considera que las ayudas deberían haberse planteado como incentivos directos y no vinculados a la financiación, con el fin de alcanzar a los colectivos más desfavorecidos.
La Federación considera prioritario, por este motivo, que el Banco de España, como organismo regulador, ejerza la supervisión y control necesarios para que las ayudas financieras contempladas en el fondo de adquisición de activos de 30.000 millones de euros -habilitado por el Gobierno para inyectar liquidez en el sistema financiero- lleguen en forma de concesión de créditos a las pymes y a las familias.
La patronal de los concesionarios recuerda que en la actualidad, se financia el 80% de las ventas de turismos y el 100% de la ventas de vehículos comerciales e industriales, por lo que las restricciones crediticias y el encarecimiento de las condiciones de los préstamos para la compra de vehículos por entidades bancarias y financieras es el principal responsable de la caída de las ventas.
También considera positiva la Federación la extensión de estas ayudas a la financiación a aquellos vehículos usados de hasta cinco años de antigüedad.
La medida contribuirá a que los inmigrantes y las familias más desfavorecidas puedan acceder al cambio de un coche siempre y cuando consigan pasar la criba de solvencia de la entidad financiera. Alrededor del 17% de las compras de vehículos usados están en manos de residentes extranjeros.
Faconauto también aprecia la sensibilidad del Gobierno al incluir a los vehículos comerciales de hasta 3,5 toneladas, por tratarse de los "grandes perjudicados" de esta crisis por el fuerte ajuste inmobiliario, aunque reconoce que los requisitos medioambientales exigidos y el tonelaje pueden limitar el éxito de las ayudas. Las matriculaciones de este tipo de vehículos acumulan una caída del 34,7%.
Los concesionarios lamentan que no se hayan flexibilizado los requisitos medioambientales con el fin de beneficiar a un segmento más amplio de automóviles, ya que las ventas de vehículos que emiten menos de 140 gramos por kilómetro representan un 30% del mercado de vehículos nuevos y un 5% del de usados.
Faconauto propuso elevar hasta los 160 gramos de CO2 por kilómetro el límite de emisiones de los vehículos nuevos que se pudieran acoger al nuevo plan o bien que el vehículo usado cumpliera con la normativa de emisiones Euro 3, de manera que más de la tercera parte de las matriculaciones actuales ser aprovecharía de la medida frente al 20% del VIVE actual.
La patronal de los concesionarios aplaudió que el nuevo plan tenga un alcance mayor en la renovación del parque, uno de los más viejos de Europa, sólo por delante de Grecia, porque la extensión de las ayudas a los que entreguen vehículos viejos de al menos diez años se amplía la cobertura del plan del 12% del parque circulante al 30%.