L D (EFE) Durante su intervención en la Junta General Ordinaria de Accionistas celebrada en Bilbao, González ha subrayado que el grupo gestionó los problemas con “total rigor y transparencia” y de forma “rápida y eficaz”, lo que permitió que en septiembre se situara a la cabeza en las encuestas de valoración de imagen, lugar que había perdido en marzo, al desatarse el escándalo.
El banco, según sus palabras, colaboró con la justicia y las autoridades reguladoras, explicó los hechos e informó a los clientes, empleados y accionistas, y además estableció mecanismos de seguridad que impedirán que en el futuro se repitan situaciones de este tipo. En la Memoria entregada a los accionistas, el banco asegura que no espera que tengan “efectos significativos para la entidad” ni la investigación judicial que se lleva a cabo sobre estas cuentas en la Audiencia Nacional, ni los expedientes abiertos —actualmente paralizados— por el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
A raíz de la aparición de las cuentas secretas, que —a juicio de González— supuso “un gran reto”, el banco también efectuó una “profunda” reforma del Código de Gobierno Corporativo y elaboró un nuevo Estatuto del Consejero, “sobre la base de los más sólidos principios éticos de integridad, transparencia e independencia”. Con estos cambios y la nueva cultura corporativa anunciada este viernes, el grupo se enfrenta al 2003 con “ambiciosas expectativas”, aunque González reconoce que nos encontramos en un periodo repleto de “incertidumbres, desequilibrios y amenazas”, que pueden afectar al crecimiento y traer inestabilidad a los mercados.
Sin embargo, aseguró que una situación como la actual presenta también oportunidades para diferenciarse de los competidores y defendió que ahora es el momento de crecer mediante el aumento del número de clientes y de cuota de negocio, así como con la adquisición o fusión con otras entidades internacionales. Ante cerca de 1.300 accionistas, González dijo que este último punto “es un elemento fundamental de la orientación y vocación global del grupo”, y destacó que ya está estudiando varias oportunidades porque “sabemos que tenemos los requisitos para operaciones de éxito”, aunque “siempre con cabeza y sentido común”.
Insistió en que el objetivo del grupo es situarse a partir de este año entre los tres primeros bancos de Europa, por eficiencia, rentabilidad y crecimiento del beneficio por acción. González defendió que para lograr estos objetivos era necesario adoptar la “muy difícil” decisión de sanear totalmente los activos del banco, lo que llevó a una reducción del 27,3 por ciento en los beneficios del banco del 2002. Pese a este descenso, el grupo consiguió mejorar su capacidad competitiva, ganó músculo para aprovechar oportunidades tanto en esta fase baja del ciclo como en la de recuperación y ganó capacidad de maniobra, según las palabras del presidente del grupo.
El banco, según sus palabras, colaboró con la justicia y las autoridades reguladoras, explicó los hechos e informó a los clientes, empleados y accionistas, y además estableció mecanismos de seguridad que impedirán que en el futuro se repitan situaciones de este tipo. En la Memoria entregada a los accionistas, el banco asegura que no espera que tengan “efectos significativos para la entidad” ni la investigación judicial que se lleva a cabo sobre estas cuentas en la Audiencia Nacional, ni los expedientes abiertos —actualmente paralizados— por el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
A raíz de la aparición de las cuentas secretas, que —a juicio de González— supuso “un gran reto”, el banco también efectuó una “profunda” reforma del Código de Gobierno Corporativo y elaboró un nuevo Estatuto del Consejero, “sobre la base de los más sólidos principios éticos de integridad, transparencia e independencia”. Con estos cambios y la nueva cultura corporativa anunciada este viernes, el grupo se enfrenta al 2003 con “ambiciosas expectativas”, aunque González reconoce que nos encontramos en un periodo repleto de “incertidumbres, desequilibrios y amenazas”, que pueden afectar al crecimiento y traer inestabilidad a los mercados.
Sin embargo, aseguró que una situación como la actual presenta también oportunidades para diferenciarse de los competidores y defendió que ahora es el momento de crecer mediante el aumento del número de clientes y de cuota de negocio, así como con la adquisición o fusión con otras entidades internacionales. Ante cerca de 1.300 accionistas, González dijo que este último punto “es un elemento fundamental de la orientación y vocación global del grupo”, y destacó que ya está estudiando varias oportunidades porque “sabemos que tenemos los requisitos para operaciones de éxito”, aunque “siempre con cabeza y sentido común”.
Insistió en que el objetivo del grupo es situarse a partir de este año entre los tres primeros bancos de Europa, por eficiencia, rentabilidad y crecimiento del beneficio por acción. González defendió que para lograr estos objetivos era necesario adoptar la “muy difícil” decisión de sanear totalmente los activos del banco, lo que llevó a una reducción del 27,3 por ciento en los beneficios del banco del 2002. Pese a este descenso, el grupo consiguió mejorar su capacidad competitiva, ganó músculo para aprovechar oportunidades tanto en esta fase baja del ciclo como en la de recuperación y ganó capacidad de maniobra, según las palabras del presidente del grupo.