L D (EFE) La demanda es civil, por lo que en caso de perder el juicio, Grasso no sufriría penas de presidio. Los cargos se presentaron también contra Kenneth G. Langone, ex director del Comité de Compensación del New York Stock Exchange (NYSE), y contra el NYSE como tal, por violación a la ley de Nueva York que regula las Corporaciones Sin Fines de Lucro.
Spitzer acusa a Grasso de engañar a los directores del NYSE para lograr compensaciones que sumaban 187,5 millones de dólares, estratagema en la que le habría ayudado Langone. De estas compensaciones, Grasso recibió sólo 139,5 millones (ya que decidió no recibir el resto en un gesto de buena voluntad hacia el mercado), en un proceso que desató una gran controversia y que le costó su salida de la presidencia de la bolsa.
La demanda pide a un juez que haga que Grasso renuncie al paquete de compensación y que determine un nivel de compensación "razonable". Spitzer explicó que bajo cualquier punto de vista, el dinero recibido por Grasso es excesivo, incluso para una empresa con fines de lucro, pues durante su presidencia "el 99 por ciento de las ganancias del NYSE fueron a parar a los bolsillos del señor Grasso".
Grasso contraatacó al decir que "espero una vindicación total en la corte" y lamentó que Spitzer "haya decidido intervenir en lo que es una disputa netamente comercial entre mi antiguo empleador y yo". Para los expertos legales, en estas palabras de Grasso se encuentran las semillas de lo que será el argumento central de su defensa, que tratará de demostrar que todo es una maniobra de Spitzer para atraer la atención pública en un año de elecciones. Quienes creen que éste será el argumento utilizado por la defensa de Grasso, señalan que sus abogados cuestionarán por qué en las acusaciones de Spitzer no se nombra a Carl McCall, ex presidente del comité de compensaciones del NYSE y compañero de Spitzer en el Partido Demócrata.
Otro argumento que se cree puede utilizar la defensa de Grasso y Langone es el hecho de que las compensaciones del presidente de la bolsa fueron siempre aprobadas por la totalidad de los miembros del directorio y que por lo tanto, no se trató de un engaño. En un comunicado emitido poco después de presentados los cargos, Langone dijo que el comité de compensaciones del NYSE tomó decisiones "honestas y diligentes", que han sido "investigadas de manera exhaustiva y que, más importante aún, han sido apoyadas por el ciento por ciento de la junta de dirección".
Pero aunque se cree que la defensa cuenta con algunos argumentos a su favor, muchos expertos creen que Spitzer tiene buenas probabilidades de ganar. Argumentan que la ley de Nueva York es clara respecto a las compensaciones del director de una compañía sin fines de lucro, las que deben ser "razonables", algo que muy pocos están dispuestos a decir sobre las de Grasso. Asimismo, Spitzer cuenta con los testimonios del miembro del directorio del NYSE Frank Z. Ashen y de la firma consultora Mercer Human Resource, que admitieron haber omitido o haber entregado información incorrecta a la junta de directores del NYSE respecto a los pagos a Grasso.
Spitzer acusa a Grasso de engañar a los directores del NYSE para lograr compensaciones que sumaban 187,5 millones de dólares, estratagema en la que le habría ayudado Langone. De estas compensaciones, Grasso recibió sólo 139,5 millones (ya que decidió no recibir el resto en un gesto de buena voluntad hacia el mercado), en un proceso que desató una gran controversia y que le costó su salida de la presidencia de la bolsa.
La demanda pide a un juez que haga que Grasso renuncie al paquete de compensación y que determine un nivel de compensación "razonable". Spitzer explicó que bajo cualquier punto de vista, el dinero recibido por Grasso es excesivo, incluso para una empresa con fines de lucro, pues durante su presidencia "el 99 por ciento de las ganancias del NYSE fueron a parar a los bolsillos del señor Grasso".
Grasso contraatacó al decir que "espero una vindicación total en la corte" y lamentó que Spitzer "haya decidido intervenir en lo que es una disputa netamente comercial entre mi antiguo empleador y yo". Para los expertos legales, en estas palabras de Grasso se encuentran las semillas de lo que será el argumento central de su defensa, que tratará de demostrar que todo es una maniobra de Spitzer para atraer la atención pública en un año de elecciones. Quienes creen que éste será el argumento utilizado por la defensa de Grasso, señalan que sus abogados cuestionarán por qué en las acusaciones de Spitzer no se nombra a Carl McCall, ex presidente del comité de compensaciones del NYSE y compañero de Spitzer en el Partido Demócrata.
Otro argumento que se cree puede utilizar la defensa de Grasso y Langone es el hecho de que las compensaciones del presidente de la bolsa fueron siempre aprobadas por la totalidad de los miembros del directorio y que por lo tanto, no se trató de un engaño. En un comunicado emitido poco después de presentados los cargos, Langone dijo que el comité de compensaciones del NYSE tomó decisiones "honestas y diligentes", que han sido "investigadas de manera exhaustiva y que, más importante aún, han sido apoyadas por el ciento por ciento de la junta de dirección".
Pero aunque se cree que la defensa cuenta con algunos argumentos a su favor, muchos expertos creen que Spitzer tiene buenas probabilidades de ganar. Argumentan que la ley de Nueva York es clara respecto a las compensaciones del director de una compañía sin fines de lucro, las que deben ser "razonables", algo que muy pocos están dispuestos a decir sobre las de Grasso. Asimismo, Spitzer cuenta con los testimonios del miembro del directorio del NYSE Frank Z. Ashen y de la firma consultora Mercer Human Resource, que admitieron haber omitido o haber entregado información incorrecta a la junta de directores del NYSE respecto a los pagos a Grasso.