España lleva toda la semana copando las portadas de los principales diarios económicos internacionales. Especialmente en Alemania, pero también en Reino Unido y EEUU, los medios especializados señalaron que los problemas financieros españoles son insostenibles y que al descalabro de las finanzas públicas se suma ahora el cierre del grifo a los bancos y cajas de ahorros, que tienen una morosidad oculta derivada de su apuesta por el ladrillo que supera los 150.000 millones de euros.
Pocos medios en España han valorado el riesgo real de que la economía nacional pueda no hacer frente a los enormes vencimientos de deuda este año (más de 60.000 millones del sector público y unos 90.000 del privado). De hecho, sin el apoyo del Banco Central Europeo (BCE) España ya habría suspendido pagos, porque nadie quiere comprar papelitos al Tesoro ni dar créditos a las entidades financieras.
Aquí se lo hemos contado, pero ya saben, somos unos antipatriotas, conspiradores, defensores de los malvados especuladores, amarillistas y, en resumen, gente de mal vivir. Menos mal que, como reza el dicho popular, las mentiras tienen las patas muy cortas, especialmente cuando vienen de fuentes oficiales y de periodistas al servicio del régimen.
Los profesionales del diario El Economista no se incluyen entre los citados periodistas apesebrados, a tenor del extenso reportaje que dedican este miércoles al rescate de la economía que dirige de forma errática el presidente Zapatero. El titular es elocuente: "la UE y el FMI diseñan para España un plan de liquidez de 250.000 millones de euros: un equipo de Bruselas, el Fondo y el Tesoro de EEUU trabajan en ello".
En su editorial, que ilustran con una frase demoledora ("Váyase señor Zapatero"), el periódico denuncia que el presidente "lleva dos años ignorando los problemas y aplicando un keynesianismo pobre que no solventó nada". Keynes es ese economista que defendía las bondades del gasto público y que estaba equivocado hasta la médula, aunque si hoy levantara la cabeza seguramente correría a gorrazos a los gobernantes de los países desarrollados por emplearle de excusa para robar a los ciudadanos.
Esto confirmaría los rumores que corren por el mercado en las últimas semanas y que obligó a la eurozona a aprobar un paquete de 750.000 millones para países en apuros, con el apoyo del BCE que no ha dudado en imprimir billetes a mansalva para comprar deuda pública por la puerta de atrás: el método ya lo he explicado en alguna ocasión, pero se lo recuerdo: el organismo presta dinero a la banca para que compre bonos, letras y obligaciones al Estado español (entre otros) y luego le compra esta deuda en el mercado secundario.
Por cierto, esto es ilegal, pero da igual, los banqueros centrales llevan más de un siglo haciendo lo que les sale de las narices sin que nadie pueda rendirles cuentas por sus fechorías. Como decía un famoso financiero: "denme la emisión de moneda de un país y no me importa quien haga las leyes". Pues eso.
La noticia del rescate deja en un segundo plano las otras dos informaciones más importantes del día: el nuevo toque de atención de los técnicos de la UE a Salgado y la reforma laboral que aprueba el Gobierno justo el día que la selección española de fútbol comienza su andadura mundialista. Hasta en EEUU denuncian el uso que hace Zapatero del circo para ocultar el robo del pan. Pero bueno, dejémonos de tonterías y hablemos de cosas serias, ¿quién compra hoy las cervezas?