L D (Agencias) El fiscal mostró al imputado un informe solicitado por él en 2004 con la finalidad de aclarar los principios contables de la compañía. Galindo explicó que encargó dicho documento al advertir que en el modelo de gestión de riesgos había "tremendos niveles de fiscalidad", que habían aumentado a raíz de la inspección de Hacienda iniciada en 2003. El documento concluyó que Afinsa realizaba una actividad financiera y fue entonces cuando Galindo se ofreció presentarlo ante el consejo de administración. El secretario del consejo de administración, Joaquín Abajo Quintana, zanjó la cuestión afirmando que la actividad de Afinsa "era mercantil".
Con la finalidad de eludir la contabilización de las operaciones con terceros, los administradores de Afinsa cearon en 2002 lo que llamaron ventas de mediación. Este sistema consistía en que los contratos que vencían, en lugar de cumplir con el pacto de recompra pactado con la compañía, ésta mediaba entre particulares con la finalidad de no registrar la venta. Galindo afirmó tener conocimiento de este procedimiento y declaró que dentro del proceso le "llamó la atención" que la filatelia se contabilizaba "por bloques", ya que de esta manera "no se podía calcular la rentabilidad" al corresponder a un modelo de negocio propio de una actividad mercantil, según informaron fuentes jurídicas.
Durante la elaboración del presupuesto de 2001, Galindo elaboró un documento titulado 'Informe del análisis de posicionamiento' donde pudo advertir los descuadres en las cifras. Ante esta situación se puso en contacto con el entonces director de contabilidad, Emilio Ballester, quien le informó sobre "el sistema de mediación, las sobreadjudicaciones de filatelia no reflejadas y la sujeción de los contratos al sistema de IVA de bienes usados".
El ex presidente de Afinsa, Juan Antonio Cano, le encargó entonces que analizara estas prácticas contables por lo que se realizó un "simulacro" donde se contabilizaron partes como actividad mercantil y otras como actividad financiera. Asimismo, la rentabilidad de la empresa y los costes se contabilizaron de forma separada. El imputado reconoció la existencia de "desfases negativos" en el valor de los sellos de Afinsa cuando se comparaban con los datos globales de revalorización recogidos en los catálogos. Estas diferencias llevaron a los directivos de la filatélica a adquirir en 2003 el catálogo estadounidense Brookman para convertirlo en el referente de valorización de los sellos de Afinsa.