
¡Qué bien le ha venido al presidente del Gobierno la victoria mundialista de la selección! La recepción que hizo a los jugadores en el Palacio de la Moncloa fue uno de los momentos más felices de la vida de Zapatero. Cogió el trofeo, abrazó hasta al utillero y se jactó de ser el gran timonel que ha guiado a la "marea roja" hacia el triunfo. Se notaba que los más cercanos al estrado eran simpatizantes socialistas, ya que nadie lanzó improperios al presidente ni le echó en cara la nefasta política que ha hundido la economía española.
Los diarios salmón siguen con la resaca mundialista, aunque alguno que otro empieza a separar el grano de la paja y ya no compra la tesis oficial sobre la victoria de la selección de fútbol, ya saben: con el Mundial se acabó la crisis. De hecho, hoy sabemos que un tercio de los ayuntamientos ha quebrado y que hay más de 400 consistorios que han dejado de pagar la luz, el agua y el teléfono porque ya no hay dinero ni para pipas. Lo cuenta El Economista.
El periódico que dirige Amador Ayora aclara, además, que "la victoria del Mundial sólo tendrá un efecto pasajero sobre la crisis". Claro, es lo que sucede con las cortinas de humo, que durante un tiempo no permiten ver la realidad pero que finalmente se desvanecen y dejan ver la crudeza de los hechos: España es un país intervenido que está siendo rescatado por las autoridades monetarias europeas con la ayuda y el respaldo del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El diario ironiza con la decisión de los medios de comunicación de apoyar la propaganda oficial que vincula la victoria de la selección con el fin de de la crisis
Fuente: El Economista
Sin embargo, sorprende la insistencia de Expansión, el económico de Unión Editorial, por vender la propaganda monclovita. En su portada asegura sin tapujos que "la selección campeona relanza la marca España", una noticia que acompaña con una fotografía del autobús que sirvió a los jugadores para presentar el trofeo a la afición en Madrid.
En concreto, el periódico considera que "la selección española de fútbol se ha convertido en el mejor embajador de España como marca país y de sus multinacionales, que desde hace más de una década tienen una presencia destacada en el exterior". Juzguen ustedes, yo no voy a hacer más sangre.
Mucho más acertado me parece que Expansión destaque en su portada la última astracanada de la vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda (menudo cargo ¿eh?). Sí, estamos hablando de Elena Salgado, que ahora niega que su departamento esté estudiando una reforma del Impuesto de Sociedades. De esta forma desmiente a sus propios funcionarios, que el pasado viernes filtraron a los medios que el Gobierno iba a quitar deducciones en este tributo, lo que supone una subida de la carga fiscal de las empresas. ¿Quién miente? Seguramente todos.
Con este nuevo "malentendido" se constata que el Ejecutivo no apuesta por una política económica concreta, sino que improvisa en función del cálculo electoral y las presiones internacionales. Además, existe una batalla soterrada entre Salgado y el departamento económico de Zapatero, que desde el Palacio de la Moncloa hace competencia al ministerio. Otro ingrediente más para que el país se vaya al garete.
En cuanto a Cinco Días, el económico de Prisa sigue encantado con la selección. Con una gran foto titula: "marea roja". Pero la noticia que abre el diario es la decisión de Bruselas, que "obliga a multiplicar por 10 los fondos de garantía de depósitos". El objetivo es "extender a toda la UE el modelo español" que obliga a bancos y cajas a aportar un dinero a una caja común por si se producen quiebras bancarias. Que quieren que les diga, a mi estas informaciones no me tranquilizan ¿No habíamos quedado que ningún banco iba a quebrar en Europa? Como siempre, a los políticos se les ve el plumero.
No quisiera terminar sin mencionar la operación de Botín en Alemania. Todos los periódicos salmón destacan la compra del banco SEB por parte del Santander, para hacerse con un importante volumen de hipotecas y depósitos de la economía germana. La entidad española quiere que Alemania sea otra pieza más de su negocio en Europa.