Por supuesto: vivir del cuento (y la mentira, y la manipulación, y el victimismo, y finalmente el odio) nacionalista es una cosa que sólo pueden hacer ellos: los nacional-separatistas. Y es que el pastel de la charanga política está todo vendido y repartido, ocupando cada cual su posicionamiento en la tramoya. Río en el que pesca un PSOE para ocupar el poder a costa de la cohesión nacional, y revoltijo en el que también lanzan ahora sus redes los sociólogos peperos para ganar a lo Zapatero. ¿Y la cosa y causa de la libertad, España, los derechos individuales de sus ciudadanos, vamos: el discurso liberal español? No: “el que quiera un partido liberal que se lo compre”. Que dijo uno, mientras se arremangaba para coger el pescado de este revoltijo autonómico tirando automímico necesitado de automédico.

Sería deseable que este "señor" sacase los pies de España

Venga o no a cuento, se trata de demonizar permanentemente al PP en Cataluña. Esta vez es Carod, pero mañana será Montilla, el bienpagado ecocomunista Saura o el figurin convergente Mas. Rajoy se equivoca si cree que templando gaitas va a conseguir un solo voto más para el PP en Cataluña. Por el contrario, conseguirá muchos menos, empezando por el mío, que ya le he retirado. Si no sabe Rajoy que en Catalunya hay muchísima gente que vota cualquier basura con tal de que no gane el PP, es que no se ha enterado de nada. Y esto no lo arreglan los paños calientes, sino una enérgica terapia de choque.

Ni caso. Consumo interno de su partido. Está acabado y, por lo tanto, cabreado. Acabará como el tal Puig. De momento ya lo iguala en "ostentórea" ridiculez. Puede que los nacionalistas como éste tengan su punto de peligro. Pero, lo siento, no puedo evitar que con sus exabruptos me dé la risa. No puedo dejar de observar que me parecen mucho más ridículos que malignos. Y no soy el único.