Menú
Amando de Miguel

Hablemos de política

En España esa idea no acaba de cuajar, pero es la esencia de la democracia. Como es sabido, las Cortes o Parlamentos nacieron para que el pueblo pudiera limitar los gastos del Rey.

Muchas veces he comentado aquí el gran despilfarro nacional que significa la política de subvenciones, sobre todo las que ayudan a las empresas que son rentables. Agustín Fuentes me proporciona un ejemplo perfecto. Es la subvención de siete millones de euros a cada uno de los siete grandes cocineros españoles, los que más dinero ganan con sus guisos de diseño. Son los socios fundadores de la Basque Culinary Center Fundazioa, título que no sé qué significa ni en qué idioma se pronuncia. Habría sido mucho más inteligente subvencionar a las escuelas de hostelería. En otro correo don Agustín se fija en que los magistrados que están a favor de la ETA (para que los terroristas puedan entrar en los Ayuntamientos) casualmente son miembros de Jueces para la Democracia. A la misma asociación pertenece el magistrado que disculpa al Gobierno en el "caso Faisán". Estoy de acuerdo en que todo eso no es casual. Me identifico con don Agustín sobre lo extravagante que resulta eso de Jueces para la Democracia. ¿Es que los demás jueces están contra la democracia?

Nicolás Forero me confiesa que en las municipales de Valencia va a votar al PP, más que nada por la figura de Rita Barberá. Es una buena razón. En esto del voto hay que dejarse de metafísicas. Ahora bien, el mismo don Nicolás tiene grandes dudas respecto al voto en las elecciones generales. Su sospecha es que Rajoy pactará con los nacionalistas. Me pide don Nicolás un consejo. Me resulta difícil. El criterio más simple es votar al político o al partido menos malo. Ya se sabe que la política es el arte de lo posible. Lo peor es no votar.

Manuel Arranz sugiere que empecemos a hablar de "Administración", como hacen los americanos, para referirnos al Gobierno. No es mala idea. De ese modo acabaremos aceptando que lo fundamental es dar nuestro voto a los que van a administrar nuestro dinero. En España esa idea no acaba de cuajar, pero es la esencia de la democracia. Como es sabido, las Cortes o Parlamentos nacieron para que el pueblo pudiera limitar los gastos del Rey.

A don Manuel no le gusta la expresión "hoja de ruta" cuando se trata de negociaciones complejas. Él prefiere decir "programa de evaluación y revisión técnica". Hombre, me parece un circunloquio un tanto rebuscado. Tampoco es que me guste mucho lo de "hoja de ruta", que más bien parece un término náutico. Bastaría con "plan" o "proyecto".

En Sociedad

    0
    comentarios
    Acceda a los 2 comentarios guardados