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Agapito Maestre

Adiós a los miserables

Hay una maldad que se repite a lo largo de todos los tiempos, que cada vez me resulta más insoportable. Me refiero a la vieja y puta costumbre de los hombres de "letras" y "saber" de hacer pasar por verdad lo que es una patraña.

El año 2008 se nos va. Sus miserias persistirán en el 2009. Aquí no se salva nadie. En España, la casta política en general, y la socialista en particular, seguirá persiguiendo a los ciudadanos hasta convertirlos en borregos. Están a punto de conseguirlo, pero mientras me quede un lugar donde poder hablar y escribir, combatiré esta lacra horrorosa y expresaré sin miedo mi reprobación y asco. Será la única señal para verificar que todavía vivimos en una sociedad con rasgos democráticos.

Ahora bien, no lo pongan en duda, no meteré a todos los políticos en el mismo saco ni a todos sus críticos en una misma "mentalidad crítica"; es menester que distingamos no sólo con claridad al Gobierno y a la oposición, porque si no podríamos caer en la cólera del español sentado, sino también que separemos a los críticos abstractos del poder, siempre dispuestos a colaborar con quienes lo detentan, de los críticos de las miserias concretas de los poderosos con nombres y apellidos.

Hay, sin embargo, una perversidad de 2008, en realidad, es una maldad que se repite a lo largo de todos los tiempos, que cada vez me resulta más insoportable. Me refiero a la vieja y puta costumbre de los hombres de "letras" y "saber" de hacer pasar por verdad lo que es una patraña. No se trata de hacer pasar por verdad lo que es un juicio de un particular, que tendría alguna justificación racional, o una opinión, más o menos discutible, sino de presentar una mentira como si fuera una verdad incontrovertible. Dos autores, uno de cierta valía, John Berger, y el otro, Eduardo Galeano, prescindible se mire por donde se mire, han escrito un texto a propósito de la guerra entre Israel y los terroristas musulmanes de Hamas que representa la quintaesencia de una de las peores maldades de la "inteligencia" contemporánea: presentar la mentira como verdad apodíctica. Es típico de la izquierda negra y totalitaria. Resentida.

Aquí les dejo el texto de estos escritores para que comprueben la justeza o no de mi comentario:

No somos sino espectadores del más reciente –quizás penúltimo– capítulo del viejo conflicto de 60 años que enfrenta a Israel y al pueblo palestino. Sobre las complejidades de este trágico conflicto se han vertido incontables opiniones, defendiendo una u otra de las partes enfrentadas. Hoy, con los ataques israelíes desarrollándose ininterrumpidamente sobre Gaza, el cálculo esencial –que siempre fue materia reservada– y que subyace tras el conflicto ha sido revelado en toda su crudeza: la muerte de una víctima israelí justifica la muerte de cientos de palestinos. La vida de un israelí es tan valiosa como la de un centenar de vidas palestinas. 

Esto es lo que el Estado israelí y los medios de comunicación –tan solo con algunas excepciones marginales– repiten ciegamente. Y esta reclamación, que acompaña y a la vez justifica la más larga ocupación de un territorio extranjero en el siglo XX de la historia europea, es visceralmente racista. Que el pueblo judío debe aceptar esto, que el mundo debería comprenderlo, y que los palestinos deberían asumirlo... es uno de esos chistes irónicos de la historia. Y no tiene gracia en ningún lugar. Nosotros podemos, sin embargo, rebatirlo, con más y más voces.

Resulta difícil escribir algo más horrendo, desde el punto de vista moral, que este texto que he tomado del periódicoABC.

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