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Agustín Olalla

Toca remontar

Pero esta Ryder ha estado, está y va a terminar estando muy igualada. Los partidos no se decantan de una manera contundente hacia ningún lado.

Tras la inmensa lluvia de casi toda la jornada del viernés, y como dice el refrán "Después de la tempestad, viene la calma", la calma meteorológica apareció.

Pero sólo apareció la calma meteorológica, porque comenzó la tempestad de juego, de emoción, de tensión por parte de los jugadores, y el público asistente, en número muy importante, volcado vehementemente con su equipo, el combinado europeo.

Aplaudiendo con insistencia, vitoreando a los nuestros, aupándolos y animándolos para con su aliento llevarlos hacia la victoria, pero con una educación exquisita, aplaudiendo todas y cada una de las acciones brillantes protagonizadas por los componentes del equipo americano.

El panorama se presentaba muy igualado, con alternativas constantes en el marcador, tan pronto los fourballs que restaban de juego de la jornada de ayer se decantaban hacia el lado europeo, como se inclinaba la balanza hacia el lado americano.

Y así las cosas, los primeros cuatro encuentros, se inclinaban definitivamente al lado americano, situando el marcador con un total de dos puntos y medio, contra un punto y medio a su favor.

Tocaba a remontada a cargo de la caballería europea, y el comienzo de una jornada maratoniana; comenzó con buen ritmo y con claro color azul, el europeo.

Pero esta Ryder ha estado, está y va a terminar estando muy igualada.

Los partidos no se decantan de una manera contundente hacia ningún lado, y eso da pie a que tan pronto el marcador se viste de azul como que se tiñe de rojo, color que representa a los americanos.

Y en el discurrir del día, los encuentros en disputa bajo la modalidad de foursomes se empezaban a decantar de manera definitiva. Por una parte Jiménez, nuestro único representante como jugador, formaba pareja con Peter Hanson, y se enfrentaban Tiger y Stricker, que se imponían por 4 hoyos y tres pendientes de jugar; primer batacazo para el equipo europeo.

Los hermanos Molinari mantenían una encarnizada lucha por mantenerse con vida en esta su primera intervención en la Ryder, pero al final se tenían que rendir ante la pareja americana compuesta por Zach Johnson y Hunter Mahan.

En el resto, nos imponíamos en los encuentros de Fisher y Harrington, este último invitado por el propio Colin Montgomery a formar parte del equipo europeo, en contra de bastantes opiniones, y hasta el momento, no ha sido capaz de mostrar ni su juego ni el porqué de su elección.

Y también nos imponíamos con el dúo formado por Ian Poulter y Luke Donald.

Y la sorpresa negativa llegaba al empatar un match que teníamos dominado desde el hoyo uno. La pareja formada, por Westwood y Kaymer se dejaba en el último hoyo de su recorrido medio punto, cediendo un empate ante Furik y el debutante Fowler.

Sin apenas descanso, los actores volvían a pisar el escenario de Celtic Manor, para un inicio de sesión que todos conocían que no podía concluir, pero que dejaba abierta la posibilidad real de acabar esta Ryder mañana domingo; está difícil, pero lo van a intentar.

Tendremos el domingo otra jornada maratoniana y además con clara inclinación, al menos en el inicio de su desarrollo esta tarde, hacia el lado europeo.

De los seis partidos en juego con los que concluiría la segunda jornada, dejando solamente pendientes los individuales, los seis estaban inclinados al color azul europeo.

Mañana tempranito, con las primeras luces del día, ambos equipos volverán a salir a escena, y antes del medio día alrededor de las doce comenzarán los individuales.

Esperamos y deseamos que el tiempo acompañe, se celebre este final de Ryder y se cumplan los presagios actuales y el equipo europeo recupere el cetro del golf mundial, y traiga este prestigioso trofeo de nuevo al viejo continente.

Animo Europa, el fin se acerca y promete sensaciones muy agradables.

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