Menú

Como tantas otras, esta es una locución que procede de la jerga marinera inglesa. Originariamente se refiere al costado del barco; luego pasa a equivaler al barco mismo por oposición a lo que está fuera. Por extensión, el “a bordo” se utiliza también para referirse a las aeronaves. Recordemos que los tripulantes de los aviones llevan uniformes parecidos a los de los marinos. La última expansión es lo de aplicar el “a bordo” a los trenes modernos (por ejemplo, el ave) y a los autobuses interurbanos.

Algún purista sostiene que todas esas ampliaciones están injustificadas. No soy de esa opinión. Me parece muy bien que en los trenes o en los autobuses de largo recorrido traten a los clientes con la cortesía que merecen los pasajeros de un barco. Quizá sea prematuro aplicar el “a bordo” para los coches particulares, por mucho que simulen la cabina de un avión. Menos justificado es el uso del “a bordo” para una bicicleta o un patinete, por muy de diseño que sean esos modestos vehículos. Pero todo se andará.

0
comentarios