Estos articulillos suelen versar sobre cuestiones de forma, pero a veces se nos cuelan inevitables referencias a los contenidos.
Ángel Sangil López me envía una propuesta detallada y concienzuda para que me anime a participar en el núcleo fundador de un Partido Socialista Liberal (PSL). Sería una especie de feliz coyunda entre los elementos más sanos de los dos principales partidos, el PP y el PSOE. Precisamente, en una novela que acabo de escribir con carácter futurista, avanzo la idea irónica del PPP, el Partido Popular Progresista, que sería hegemónico en la España de la próxima generación. Vendría a ser la fusión del PP y el PSOE, de lo bueno de cada uno. Muchas veces se ha repetido ese sueño de lo que se ha llamado “tercerismo utópico”, ni capitalismo ni comunismo, ni derechas ni izquierdas, etc. Como ejercicio de imaginación está muy bien, pero no es realista. La “terceras vías” acaban pareciéndose mucho a las primeras o a las segundas. Es más práctico que sigan vivas las derechas y las izquierdas, a pesar de la ganga que se adhiere a unas y a otras. Pero, en fin, por soñar que no quede. El oxímoron será siempre una figura retórica muy simpática, como “socialismo liberal”, “democracia orgánica”, etc.
Alberto Ferrer me pregunta el significado de estos dos términos: jacobino y masón. Originariamente, los jacobinos (dirigidos por Robespierre) constituyeron un club, una especie de partido, en 1789, que iba a ser el núcleo más radical de la Revolución Francesa. Se llamaron así por ocupar los locales de un convento que llamaban de los “jacobinos”. Con el tiempo el jacobinismo fue un difuso movimiento que, en distintas épocas y naciones subrayaba la centralidad del Estado frente a las pretensiones de las autonomías regionales. No es una etiqueta muy precisa. Se utiliza más como invectiva. El término masón es todavía más difuso y también se utiliza como despectivo (“rojos y masones”). Los masones son una forma de sociedades secretas que se remonta idealmente a la Edad Media, con los gremios artesanales. De modo estricto es un tipo de asociación que surge en el siglo XVIII en Inglaterra y en Francia, con direcciones y estilos un tanto distintos. Lo fundamental es la organización secreta, el carácter ritual y el sentido de ayuda mutua entre sus miembros por lo general personas encumbradas. Sobre los masones la obra imprescindible es el libro de César Vidal (Los masones, Planeta).
Santiago Otero razona que el escudo de España de la época de Franco no debe tacharse de “preconstitucional” y mucho menos de “anticonstitucional”. Estuvo vigente mucho tiempo, incluso tres años después de aprobada la Constitución de 1978. Estoy de acuerdo con él en que los símbolos del águila de San Juan, el yugo y las flechas o el “una, grande y libre”, no tienen por qué ser franquistas, fascistas o anticonstitucionales. El Rey Juan Carlos sancionó la Constitución de 1978 con ese escudo. Luego en 1981, se cambió por decreto. Cavilo que bien hubiera valido un referéndum sobre el particular.
