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Daniel Blanco

Diego Costa y la liberación

Los detractores de Diego Costa no le ven con España. Que si no se acopla, que si no marcaba, que si no se hacía con la situación.

Los detractores de Diego Costa no le ven con España. Que si no se acopla, que si no marcaba, que si no se hacía con la situación.
Diego Costa, perseguido por un jugador de Luxemburgo. | EFE

Tiene Diego Costa muchos detractores. Son, la mayoría de ellos, personas molestas con que un intruso pueda jugar con la selección. Son esas personas que no vieron bien que, en su momento, eligiera España y no Brasil. Pero es verdad que Diego, con todo el derecho del mundo, escogió jugar con el país de adopción. Y es más, lo eligió así porque su país natal no le estaba tratando bien, ignorándole una vez tras otra de las convocatorias con la selección. Y Costa, por supuesto, eligió a España.

Los detractores de Diego Costa llevan la cabezonería al máximo extremo. Hacen bien, no se crean. Todo el que quiere defender algo tiene que hacerlo con uñas y dientes. Estarían delante del sofá viendo el partido diciendo o pensando en voz alta que era lógico que contra Luxemburgo marcara. Pero si no lo hubiera hecho tenían la bala en la recámara para exclamar "qué torpe Costa, que ni a Luxemburgo le marca".

Los detractores de Diego Costa no le ven con España. Que si no se acopla, que si no marcaba, que si no se hacía con la situación, que si era una brutalidad que España jugara para él, que si no era delantero para esta selección de tanto toque. En el partido Diego estuvo sensacional pero para estos opinólogos, seguro que son otros jugadores los que han creado espacios para el hispanobrasileño y los que han permitido este respiro.

Por tener, tiene Diego Costa gente que es, al mismo tiempo, detractora y admiradora. Gente que le veía como un cerdo integral en su época del Atlético, le ven ahora como el fajador que ha construido Mou en un gran Chelsea. Y claro, piden a gritos que no vaya a la selección porque está en tan buena forma en el club inglés, repito, entrenado por Mou, que puede lesionarse. No hemos leído pocas columnas que defendían la no convocatoria del delantero en estas citas. Es la locura y lo insólito en lo que se han convertido algunos medios de comunicación. Diego Costa defendido ahora, criticado antes, y elevando a categoría de desfachatez que Del Bosque le lleve ahora a la selección porque se puede lesionar y fastidiar al Chelsea. De Jose Mourinho. Lo que digo, lo imposible. Ser fan y hater a la vez de un tipo.

Las gansadas que se han dicho en los medios contradicen el partido que hizo el delantero, empeñado en poner las cosas en su sitio. Marcó su primer gol con la selección pero tuvo cinco ocasiones más. O sea que para no ser el juego que le va…. Pero es que además Costa se desmarcó, luchó, se tiró a izquierda y derecha continuamente, buscó espacios, colaboró en tres de los cuatro goles del equipo. Despachó un inmenso partido. Es verdad que ante Luxemburgo, pero también hay rivales enfrente. Que mucha gente cree habitualmente que por ser un rival más débil te deja hacer las cosas sin despeinarte. Nada de eso.

Estamos ante una liberación que precederá a buenísimas noches de Diego Costa con España. Si no, al tiempo. El delantero tiene en su cabeza el gol, pero si ya lo ha conseguido, todo irá rodado. No sé muy bien qué es lo que toca a partir de ahora. La rueda del debate permanente gira constantemente en la selección. De Gea hizo un buen partido. Me imagino que irán por ahí los tiros y desterrar por fin a esa especie de eje del mal que es, para algunos, Casillas, en la selección. O a lo mejor nos sorprenden con otro objetivo. Silva, Iniesta, el propio Diego, Busquets, Piqué. No sé, estoy un poco desconcertado.

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